La impulsora de la asociación Mujeres Tech y relaciones públicas de Intelygenz, Cristina Aranda, destacó ayer, durante su participación en la jornada Focus Pyme y Emprendimiento, la necesidad de que los equipos de desarrolladores tecnológicos sean diversos e inclusivos para evitar sesgos de género o de raza en las aplicaciones y nuevos productos. Puso como ejemplo el de un dispensador de jabón automático incapaz de reconocer las manos de las personas de color. «Si hubiera habido alguien de color en el equipo, no hubiera sucedido porque lo hubiera pensado», explicó la experta, que recordó que las mujeres sólo son el 15% de los desarrolladores, frente a un 80% de hombres, blancos y de tradición judeocristiana».
