El rastro que dejó la crisis de escaparates de inmobiliarias vacíos y de agencias de venta y alquiler de viviendas cerradas en el paisaje urbano ha cambiando radicalmente de tendencia en los últimos años en la provincia, en paralelo con la reactivación económica, y, sobre todo, de la del sector de la construcción. Ahora, los carteles con promociones de casas en venta o pisos para arrendar vuelven a llenar las cristaleras de las agencias y muchos son los usuarios que se detienen a mirar y comparar precios. Una evidencia de que el sector ha repuntado.
Su crecimiento, además, es muy destacado. Este año, los locales operativos en la provincia que se dedican principalmente a la actividad inmobiliaria superan los 10.600, según los últimos datos del Directorio Central de Empresas (Dirce), publicado por el Instituto Nacional de Estadística. La cifra representa un significativo aumento de casi el 50%, frente a los 7.100 activos en 2010. Es decir, son 3.500 más que hace ocho años, y, de ellos, más de 600 se han abierto en el último ejercicio.
No obstante, pese a la sangría de cierres que conllevó la crisis, el sector ha ido aumentando de tamaño progresivamente desde 2010. Y en años en que el ciclo recesivo causaba grandes estragos en la economía y el mercado laboral, como los de 2012 ó 2013, el número de agencias inmobiliarias también crecía. En este bienio se pasó de las 7.437 a las 7.460 sedes, según los mismos datos del Dirce.
El nuevo repunte de oficinas no extraña a los profesionales del sector. «Es una evolución cíclica. Cuando hay bonanza en la construcción, abren muchas, porque hay gente que, a lo mejor, no tiene trabajo, que piensa que abrir una inmobiliaria es fácil y que necesita una inversión mínima. Pero, en el caso de que no tengan preparación empresarial y que no piensen a largo plazo, vuelven a cerrar al poco tiempo», advertía Juan Carlos Sempere, responsable en Alicante de Remax Abaco. Desde el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Alicante, su presidenta, Marife Esteso, coincidía en este análisis de la situación, por lo que consideraba necesario «regular el sector, que se liberalizó en los primeros años 2000, además de crear un registro obligatorio de profesionales de la actividad inmobiliaria».
Entre otras cosas, porque desde el colegio se ha detectado que existen personas «que operan sin las licencias pertinentes de actividad, sin conocimientos fiscales o de contratación, sin seguros de responsabilidad civil o sin oficina física.E, incluso, hay algunos que trabajan solo con un móvil», advertía Esteso. Unas situaciones que, a su juicio, «dejarían desprotegido al consumidor» y sobre las que «las administraciones miran para otro lado. En este país se regula todo menos la actividad inmobiliaria», subrayaba.
Como Cataluña y Andalucía
Esteso se mostraba a favor de que en la Comunidad, «que tiene transferidas las competencias en esta materia, se estableciera el registro obligatorio de profesionales, como en Cataluña y Andalucía, donde al operador no sólo se le exija una formación, sino también tener un despacho abierto con la licencia municipal de actividad, cumplir con el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) y tener un seguro de responsabilidad civil, entre otros requisitos». Aspectos en los que también coincidía el responsable de Remax en Alicante.
Además, Esteso incidía en la necesidad de la formación de los operadores, porque «vender casas no es abrir puertas y ventanas (imagen de cuando un agente enseña un piso), sino que, como profesionales, se tiene que asesorar al cliente sobre los contratos o en materia fiscal, entre otros aspectos», añadía.
