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Un taxista de Andorra para mover el dinero

En operativo montado por los acusados para desviar a sus cuentas el dinero que Bancaja y Banco de Valencia «invertían» en el Grupo Grand Coral tuvo un papel determinante el propio director de Banca Privada D´Andorra (BPA), quien «ofrecía a sus clientes un servicio de opacidad para recibir dinero de cuentas en sociedades offshore». Así lo afirma la fiscal, que destaca también la actuación de un empleado de este banco. Él «recibía las órdenes de Ferri, Baldó y Poch sobre el destino final de sus fondos» y procedía a «trocear» las cantidades para dificultar que se le pudiera seguir la pista al dinero «rompiendo la cadena de transferencias». En el montaje, según Anticorrupción, no faltaba un taxista de Andorra (acusado al igual que el director y el empleado de BPA de un delito de blanqueo de capitales por el que se reclaman seis años de prisión) «que era el encargado de realizar los reintegros en efectivo de las cuentas controladas por Ferri y Baldó, quienes le habían autorizado a tal fin y a llevarles el dinero en efectivo al lugar ordenado por éstos».

La fiscal destaca que, coincidiendo con el desfalco, los directivos Izquierdo y Parra acordaron con los empresarios Ferri y Baldó «facilitarles la gestión de los ilícitos beneficios al tiempo que se lucraban dado su propio interés económico con el banco andorrano». Una de las cuentas, utilizada por los directivos «como una especie de hucha» y donde se ingresaron 16 millones, fue «vaciada» por Ferri y Baldó después de que Izquierdo y Parra dieran «órdenes de inversión en distintos fondos».

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