Los grupos parlamentarios del Congreso han acordado el reparto de los gastos de la hipoteca que figurará en la futura ley hipotecaria, dejando al consumidor el pago de la tasación y adjudicando a la entidad financiera el resto. Según fuentes de la ponencia que discute el proyecto de ley de crédito inmobiliario, la entidad financiera deberá asumir los gastos de gestoría, los de la inscripción de las garantías en el Registro de la Propiedad y el coste de los aranceles notariales de la escritura. Será el banco el que tenga que pagar los costes de la primera copia del contrato, aunque en caso de que el cliente solicite una copia deberá asumir su coste.

En este reparto también se ha dispuesto que la entidad financiera asuma el impuesto de actos jurídicos documentados, en línea con el decreto ley aprobado por el Gobierno en el pasado Consejo de Ministros y en contra de la decisión adoptada por el Tribunal Supremo.

Esta distribución de los gastos de la hipoteca se incluye en el artículo dedicado a las normas de transparencia en la comercialización de las hipotecas, en cuyo borrador se amplía tres días (de siete a diez) el plazo mínimo que se le da el cliente para poder estudiar la documentación facilitada por la entidad financiera, antes de proceder a la firma del contrato. Por otra parte, en el texto también se establece que las entidades financieras ofrezcan en sus páginas web y en sus oficinas los formularios de condiciones sobre sus hipotecas, la garantía de que el procedimiento notarial no supone coste alguno, ni directo ni indirecto, para el cliente, y que este podrá elegir a qué profesional recurrir para este trámite. Los flecos pendientes de cerrar se se verán en siguiente reunión, que está prevista para la próxima semana. En este encuentro también se espera resolver el vencimiento anticipado, última gran cuestión a resolver.

Reacciones de los consumidores

Desde asociaciones de usuarios, como Facua-Consumidores en Acción, se defiende que, también, debería ser el banco quien pague los gastos de tasación en una hipoteca y no el cliente, al considerar que el usuario no necesita tasar la vivienda para pedir una hipoteca y que la capacidad de presión de las entidades financieras provocaría «grandes bajadas» en los precios de las tasaciones.

«Creemos que no tiene ningún sentido que la tasación la tenga que pagar el consumidor, cuando no cabe duda de que el cliente no necesita en absoluto tasar la vivienda para saber cuánto dinero quiere pedir. El consumidor lo que hace es pedir una hipoteca y el banco decide cuánto le presta en función de lo que entonces vale la vivienda que va a comprar», indicó el portavoz de Facua, Rubén Sánchez.