Quienes salían ayer de firmar una hipoteca en una notaría, lo hacían con una sonrisa bastante más amplia de lo habitual. A pesar de saberse atados casi de por vida a su entidad, ninguno podía ocultar la satisfacción de haberse ahorrado varios cientos de euros -miles, en algunos casos- gracias a la decisión del Gobierno de modificar la ley para que sea la banca quien asuma el impuesto de actos jurídicos documentados, tras el caos provocado por el Supremo. Un cambio que, aunque entró en vigor el pasado sábado, fue este lunes cuando empezó a aplicarse de forma efectiva para suerte de quienes ya tenían cita en los despachos notariales.
Y es que, aunque la banca ya busca la fórmula para trasladar a los clientes este nuevo coste, de momento, ayer tuvieron que asumir las condiciones que ya habían firmado en sus ofertas vinculantes. «Es mi cumpleaños y esto ha sido como un gran regalo. Me he ahorrado 1.200 euros que me van a venir muy bien para la reforma del baño», apuntaba, casi exultante, Pilar Punzano tras firmar el préstamo para el bungalow que ha comprado junto a su marido en Arenales del Sol.
«La verdad es que el banco no nos ha puesto ninguna pega y nos han mantenido todo como lo teníamos. Se han portado muy bien», aseguró Punzano, que ya tiene experiencia en estos asuntos tras haber logrado cancelar la hipoteca que solicitó a la misma entidad para su primera vivienda. En su caso, recibió la oferta vinculante el pasado miércoles, el mismo en que Pedro Sánchez rectificaba al Supremo, «así que supongo que ya sabían a qué atenerse».
Con las mismas condiciones
También les va a venir muy bien el dinero a Iván Fernández y Raquel Munera, que ayer formalizaron la hipoteca del piso que han comprado en el barrio de Carolinas Altas, en Alicante. «Teníamos asumido que lo íbamos a pagar y, de repente, nos vamos a ahorrar más de 2.000 euros», según explicó Fernández a este diario. Un dinero que, en su caso, servirá para empezar a devolver lo que la familia les había prestado para hacer frente a la entrada del inmueble. «En realidad, a nosotros lo que nos preocupaba es que nos mantuvieran las condiciones y que no se echaran atrás, porque nos ha costado bastante que nos dieran el crédito, a pesar de que los dos somos fijos», recalcó su esposa. Y no es para menos, la cuota que pagará la pareja será de unos 350 euros mensuales, muy por debajo de los 500 que ahora tiene que gastar en el alquiler.
Algo menos se va ahorrar Juan José Soler por el préstamo que firmó ayer en la Notaría de Garach Verdú para comprar a sus hermanos la parte que tenían del piso de sus padres. Serán unos 500 euros pero, igualmente, «supone una alegría que no me esperaba», reconocía este nuevo hipotecado. Como también le ocurrió a los anteriores, el trámite se alargó bastante más de lo habitual debido a los cambios que hubo que introducir en la documentación que ya estaba preparada para incluir una cláusula que dejara claro que era el banco quien debía pagar el impuesto. Y es que ayer incluso los profesionales tenían dudas sobre la fórmula a seguir. Por ejemplo, si se debía firmar una nueva oferta vinculante o bastaba con reflejarlo en la escritura, como finalmente se hizo en los casos que pudo conocer este diario.
Al respecto, también fueron varias las notarías que registraron cancelaciones de firmas ante el desconocimiento de algunos responsables de entidades financieras sobre la forma de proceder, algo a lo que contribuyó el hecho de que el viernes pasado fuera fiesta en Madrid. En cualquier caso, como explicó también el notario Rafael Ferrer hace unos días, el volumen de hipotecas ya se había reducido considerablemente en las últimas semanas, desde que salió la primera sentencia del Supremo que luego fue enmendada y vuelta a corregir por el Gobierno. «Hasta que los bancos lo tengan claro, no creo que vuelva completamente la normalidad», concluyó Ferrer.
