Si los responsables de la CEV pensaban que podrían hacer borrón y cuenta nueva, y convertirse en la nueva patronal autonómica sin tener que cargar con la herencia de su antecesora, se equivocaban. Por segunda vez, los juzgados de lo Social han dado la razón a un extrabajador de la desaparecida Cierval -en este caso, su exsecretario general, Javier López Mora- y han dictaminado que la organización presidida por Salvador Navarro debe hacerse cargo de su indemnización por despido o readmitirlo al considerar que ambas organizaciones, junto a la castellonense CEC y la alicantina Coepa, formaban parte de un mismo grupo empresarial y que la una es sucesora de la otra.
Una decisión que ha caído como «un jarro de agua fría» en la CEV, según admitían ayer desde la patronal que, en función de los fallos conocidos, podría verse obligada a resarcir no solo a los antiguos empleados de Cierval, sino también a los de Coepa y la CEC, ambas en liquidación. La cuestión no es menor. Solo para hacer frente a las posibles reclamaciones de los extrabajadores de la anterior patronal autonómica, la CEV ya tiene provisionados 515.0000 euros: la mitad para abonar las indemnizaciones que aún no han cobrado estos profesionales y la otra mitad para pagar al Fondo de Garantía Salarial, que adelantó parte del dinero. Si ahora, además, tuviera que hacerse cargo de la plantilla del resto de patronales desaparecidas, la cifra podría dispararse.
En este sentido, aproximadamente una quincena de los 21 trabajadores que se fueron a la calle al desaparecer Coepa ya habían presentado ante la autoridad laboral una demanda de mediación con el objetivo de interrumpir los plazos y evitar la prescripción de una posible reclamación judicial, precisamente, para dar tiempo a que se conocieran los primeros fallos. «Ahora que ya hay dos sentencias a favor nos reuniremos para analizarlas y cada uno tomará su decisión», señalaba ayer uno de los afectados.
La misma actividad
Tanto la primera sentencia -conocida en el mes de julio y que estimaba la demanda de cuatro extrabajadoras de Cierval-, como la que ahora acaba de dar la razón a Javier López Mora consideran que no hay duda de que la patronal autonómica y las tres provinciales funcionaban como un solo grupo empresarial. Este último fallo señala, por ejemplo, que existía «confusión de plantilla» ya que las tareas de representación institucional que correspondían a la autonómica la realizaban indistintamente empleados de las cuatro organizaciones. Igualmente, según la juez, también se daba «confusión patrimonial», puesto que las subvenciones por esta actividad las cobraba Cierval y luego las distribuía entre el resto.
Del mismo modo, la sentencia considera probado que se da sucesión empresarial entre esta última y la CEV. Así, señala que la organización presidida por Salvador Navarro modificó sus estatutos para «asumir la actividad que antes llevaba a cabo Cierval» y como prueba de ello recalca que ya en 2017 cobró 650.000 euros de la Generalitat por la representación institucional, «una subvención que le correspondía a Cierval». Por todo ello, el fallo condena a la CEV, a Cierval, a la CEC y a Coepa a responder solidariamente del despido de López Mora, lo que en la práctica supone que deberá asumirlo la primera de ellas, la única que sigue activa.
A pesar de estos argumentos, desde la CEV no están dispuestos a cruzarse de brazos y, por el momento, ya han anunciado que van a recurrir el fallo ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad. Además, en cualquier caso, aseguran desde esta patronal, los fallos tan sólo afectan a la sucesión en el terreno laboral y descartan por completo que estas sentencias puedan dar pie a que otros acreedores de Coepa o de Cierval -como el Servef o el IVF- puedan exigir también sus deudas, lo que situaría a la CEV en una posición muy delicada. Como consuelo le queda que los extrabajadores de la alicantina también decidieron incluir en su demanda ante el servicio de mediación a su rival Uepal, como heredera de Coepa.
