El aspirante Casado hizo méritos en el cónclave de la empresa familiar, y el presidente Sánchez trató de congraciarse con un colectivo que no esconde su desafección hacia el Gobierno. Ante una asociación con unas ventas que representan el 58% del PIB, el presidente del PP prometió «no molestar». Palabra de dirigente de un partido liberal, dijo. Pedro Sánchez, por su parte, no ahorró ni un gramo de afecto: «Estamos orgullosos de vuestra labor y quiero que lo tengáis muy presente, muy presente». Fue el tono de una mañana en que la política entró en el auditorio donde la empresa familiar ha celebrado su 21 congreso nacional.

Pablo Casado se presentó ante los 600 directivos del Instituto de Empresa Familiar como uno de los suyos. «Nuestros planes como PP no distan mucho de los vuestros. Lo que tiene que hacer un partido es favorecer una regulación que ayude a la generación de riqueza y empleo», dijo. Tampoco ahorró loas para el papel social de la empresa familiar, y al «injustificado» desprestigio social que ha sido abordado estos días por los industriales.

En cuanto a su programa fiscal, Casado prometió una bajada general. «Queremos rebajar el impuesto de sociedades otros 5 puntos e incluso bajar del 20%», dijo el líder popular, que también aboga por bajar el IRPF del 40%, la supresión por ley a nivel nacional del impuesto de patrimonio, el de donaciones y sucesiones, reducir las cotizaciones sociales, no implantar la tasa Tobin a las transacciones financieras y bloquear también la fiscalidad ambiental y los impuestos a las tecnológicas.

Vítores al Corredor Mediterráneo

En materia laboral, prometió intensificar la reforma de Rajoy, y reclamó aumentar la flexibilidad y potenciar los convenios de empresa frente a los sectoriales. Casado se comprometió también con otra de las reivindicaciones clásicas del empresariado: menos burocracia para reducir las trabas a la actividad.

El dirigente popular esquivó a los periodistas toda la mañana para evitar las preguntas sobre las últimas grabaciones del comisario Villarejo que salpican a Cospedal y a exlíderes del PPCV. Pero el policía encarcelado no es el único fantasma que tuvo que espantar.

Ante los directivos congregados, Casado situó a Ciudadanos en el centro izquierda (y a Vox fuera del sistema), reclamando para sí todo el espacio de centro derecha. El candidato popular transmitió también que la aplicación permanente del artículo 155 en Cataluña devolvería a Cataluña las empresas fugadas. Y para consumo del público mediterráneo, calificó de «esencial» la finalización del corredor ferroviario. Igual que Pedro Sánchez.