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El antiguo holding de Ortiz y Bancaja suma 750 millones de pérdidas en ocho años

Urbanika cierra 2016 con unos números rojos de 15 millones a la espera de que la recuperación inmobiliaria le ayude a remontar la situación

El antiguo holding de Ortiz y Bancaja suma 750 millones de pérdidas en ocho años

El antiguo holding inmobiliario que crearon el empresario Enrique Ortiz y Bancaja, y que se acabó convirtiendo en uno de los mayores tenedores de suelo de la provincia -incluidos los terrenos del fracasado Plan Rabasa- no logra salir de números rojos. Según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, Urbanika cerró 2016 con un resultado negativo de 15 millones, con lo que ya acumula ocho años consecutivos de pérdidas, que sumadas rozan los 750 millones de euros. Una cifra espectacular, como casi todo lo relacionado con este proyecto, que prometía ser uno de los mayores pelotazos de las postrimerías del «boom» y que, de momento, solo ha dado disgustos a sus impulsores.

Fue a partir del año 2008 cuando Ortiz, Bancaja, su filial el Banco de Valencia y la Inmobiliaria Espacio (OHL) impulsaron esta sociedad para agrupar sus intereses en diferentes planes urbanísticos, como el citado de Rabasa, donde debía instalarse Ikea; el Plan Armanello de Benidorm o los de Vistahermosa o Benalúa Sur. Para ello aportaron terrenos y participaciones empresariales -el grupo lo forman una decena de firmas- que agruparon bajo este holding, cuya creación estuvo en el punto de mira de la Justicia, aunque las investigaciones nunca prosperaron.

La firma llegó a declarar unos activos de 1.282 millones de euros en 2010, cuando también anotaba en sus cuentas un patrimonio neto de más de 666 millones. Sin embargo, con el avance de la crisis y la caída en picado del valor del suelo -el activo inmobiliario que más se devaluó tras el estallido de la burbuja-, Urbanika se vio obligada a asumir pérdidas enormes, que llegaron a sumar 447 millones en un solo ejercicio, el de 2011. Desde esa fecha ha logrado moderarlas pero nunca ha salido de números rojos.

La firma también se vio afectada por la reestructuración del sector financiero, que provocó que Bankia y CaixaBank ocuparan el anterior lugar de Bancaja y Banco de Valencia tras absorberlas, y que el grueso de su deuda acabara en manos de la Sareb. Eso sí, los nuevos socios duraron poco y aprovecharon una reducción de capital en 2015 para abandonar el proyecto.

Ahora, según las cuentas anuales de la sociedad, Ortiz controla directamente a través de sus empresas un 32,64% del accionariado, la firma Actual Inversiones 2014 -en la que figura el cuñado de Ortiz, Miguel Carratalá, como administrador único- ostenta otro 47,8%, Alnab (Espacio) otro 18,17% y la firma Inmovist Inversiones Inmobiliarias tiene el restante 1,33%.

35,7 millones para Ikea

En cuanto a los hechos más destacados de 2016, por un lado, las cuentas de Urbanika reflejan los 35,1 millones que la mercantil tuvo que devolver tras frustrarse el acuerdo que tenía para la instalación de Ikea en Rabasa, que le hubiera reportado en total 97,5 millones. Aparte de éste, el único movimiento que registró la mercantil fue la dación en pago del Edificio Leyre, en Pamplona, por la que se anota unos ingresos de 18 millones, aunque también unos deterioros de más de 30. De esta forma, el activo de la firma cae hasta los 784,8 millones, un 40% menos del que contabilizaba en 2010, aunque lo preocupante es la situación patrimonial. El patrimonio neto se sitúa en apenas 71,2 millones, tras reducirse casi un 90% en seis años, y se queda en apenas el 51% de su capital social, sólo un punto por encima del 50% que supone la disolución obligatoria de una empresa. Sin embargo, desde la firma no contemplan todavía esta posibilidad y, por el contrario, señalan que diversos proyectos -como el Plan Armanello- se han reactivado, por lo que prevén una mejora de sus números en los próximos ejercicios.

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