Después de ocho años de crecimiento prácticamente ininterrumpido, el negocio de la compraventa de viviendas a extranjeros sigue sin tocar techo en la provincia. Al contrario, en los últimos meses se ha acelerado y crece a su mayor ritmo desde 2014 gracias al empuje que experimentan mercados como el sueco, el alemán o el ruso, a los que se ha sumado la recuperación de los compradores británicos, que vuelven a aumentar tras el parón que siguió al referéndum sobre el Brexit. Una mejora que, eso sí, todavía está por ver si será definitiva o si, por el contrario, las noticias sobre las dificultades para llegar a un acuerdo entre Londres y Bruselas conducen a una nueva recaída en este segmento.
De momento, los últimos datos recogidos por el Colegio Notarial Valencia son «más que positivos», como apunta el vicedecano de esta institución, el alicantino Delfín Martínez. No en vano, durante el segundo trimestre del año los extranjeros adquirieron 6.352 inmuebles en la Costa Blanca, lo que supone un incremento de casi un 15% sobre el mismo periodo del año pasado.
De esta forma, las estadísticas de los notarios -los más pegados al terreno- confirman la tendencia que ya mostraban los datos del Ministerio de Fomento, que hablaban de un incremento del 14% de las ventas de casas a extranjeros en el primer trimestre; o las que también ofrecen los registradores, que apuntaban a un aumento global -tanto de clientes internacionales, como españoles- de más de un 16% entre abril y junio.
Un aumento de la cifra de transacciones doblemente positivo, como recalca Martínez, ya que, además, también se incrementa el importe medio de cada operación, que se situó en 137.333 euros, casi 5.400 euros más que hace un año, lo que significa «una mayor entrada de divisas para la provincia». En este sentido, el representante de los notarios rechaza que se esté generando una nueva burbuja, pese a lo abultado de estas cifras, y asegura, por el contrario, que si los «compradores siguen llegando es porque aún estamos en precio».
Unos costes asequibles que se suman, claro está, al atractivo que suponen las buenas conexiones de El Altet, la calidad de vida de la zona o la propia existencia de una numerosa colonia de residentes extranjeros, que facilita la llegada de nuevos compatriotas.
Demanda retenida
En la lista por nacionalidades, los británicos volvieron a ocupar el primer lugar y, además, con un incremento significativo en sus cifras. En concreto, entre abril y junio los ciudadanos del Reino Unido adquirieron 1.404 propiedades en la Costa Blanca, lo que supone un repunte de más del 17% y parece confirmar el cambio de tendencia que se inició a finales del año pasado, tras los descensos de hasta el 30% que siguieron al referéndum del Brexit en 2016. Precisamente ese parón inicial podría ser la causa del repunte actual, según apunta el secretario general de la Asociación Provincial de Promotores, Jesualdo Ros, ya que la demanda retenida durante esos meses habría empezado a salir a flote, a medida que las noticias sobre las posibles consecuencias negativas del divorcio entre el Reino Unido y la UE se diluían. Hay que tener en cuenta que las estadísticas se refieren al segundo trimestre del año, antes de que se registrara el actual aumento de la tensión entre el Ejecutivo de Theresa May y Bruselas. Por eso, Ros cree que habrá que estar atentos a la evolución de los próximos meses para comprobar la auténtica resistencia de este mercado.
En este sentido, el miembro de la Asociación de Inmobiliarias de la Vega Baja Ulrich Brack recuerda que los británicos tienen mucha tradición de comprar viviendas como una forma de ahorro, algo que no va a cambiar de la noche a la mañana, lo que puede beneficiar al sector inmobiliario alicantino. Así, recuerda que, aunque el Brexit provocó que algunos británicos decidieran poner en venta sus propiedades en Alicante, otros optaron por comprar, precisamente, como forma de diversificar su inversión entre libras y euros. En este sentido, cabe recordar, por ejemplo, que el reciente estudio sobre el Brexit publicado por Ineca estimaba que el mayor impacto iba a ser en la llegada de turistas, más que en la inversión inmobiliaria.
Diversificación
En cualquier caso, por fortuna en estos momentos el mercado de compradores internacionales de la Costa Blanca está mucho más diversificado que al inicio de la crisis y son muchas las nacionalidades que tiran de las ventas, como destaca el director de la inmobiliaria KN Elite, Ihor Katrych. Así, junto a los ingleses, en las estadísticas del Colegio de Notarios destaca el volumen de transacciones alcanzado por los suecos (687, un 9,7% más que el año pasado); los belgas (597, con un retroceso del 8,1%) o los alemanes, que contabilizaron 375 adquisiciones, un 15,7% más. Pero, sin duda, uno de los avances más significativos es el incremento de un 25,9% de los rusos. «Muchos vienen y compran varias casas como inversión y, de paso, para obtener el visado que se concede por inversiones superiores a 500.000 euros», apunta el experto. En cuanto al futuro, desde Solvia prevén que se mantenga la tendencia al alza en el mercado de la compraventa de viviendas a extranjeros.
