La obra más conocida de Lope de Vega es «Fuenteovejuna». Basada en un hecho real de la época de los Reyes Católicos, el drama cuenta lo que sucedió en Fuente Obejuna (con be) bajo el dominio del Comendador Fernán Gómez de Guzmán. Este Gómez era una buena pieza, un tipo sin escrúpulos. Los habitantes del pueblo, cansados de su crueldad, reunieron piedras, hachas y chuzos, y asesinaron al Comendador. Una vez perpetrado el asesinato, el pueblo acordó no decir palabra de quién lo llevo a cabo. Los reyes mandaron juzgar al pueblo. Sin embargo, la respuesta a quién fue el asesino siempre era la misma: «Fuenteovejuna, señor», y al preguntar quién era Fuenteovejuna, contestaban que «Todo el pueblo, a una». Finalmente, fue imposible determinar la identidad de los culpables concretos, y el pueblo entero resultó absuelto.
Según Darwin, nuestro sistema prefiere los estímulos negativos a los positivos, porque son los negativos los que nos alertan de posibles peligros. Quizás por eso tienen más eco las noticias de tragedias y desastres, que las buenas noticias. Hace exactamente un año la cadena de tiendas especialista en juguetes Toys R Us suspendió pagos. Internet y los cambios en el modelo de distribución fueron parte del desastre. Esa noticia seguro que la recuerdan porque tuvo una gran cobertura en prensa. Pero poco se ha comentado que hace unos días las tiendas de España y Portugal han conseguido evitar el cierre, y no verse arrastradas por la matriz de Estados Unidos, consiguiendo salvar más de 1.300 empleos y 61 tiendas en Iberia.
Los directivos de Toys R Us Iberia, como en Fuenteovejuna, no se plegaron a la decisión del CEO David Brandon de liquidar la compañía y se rebelaron ante el cierre. Toys R Us, a una. Empleados y directivos se conjuraron para salvar sus puestos de trabajo, y después de muchos meses negociando han conseguido la financiación necesaria, y la cesión de la marca, para continuar operando con normalidad. Todo un ejemplo de trabajo en equipo. Convencer a la matriz americana para que escindiera el negocio en España y Portugal no fue sencillo. Pero más complicado fue convencer a la sociedad inversora Green Swan para que pusiera el dinero necesario para reflotar un negocio que, aparentemente, está anticuado, en un mercado en el que los hiper venden más juguetes que los especialistas, y con un producto que tiene en frente a una generación que sólo sabe jugar con las tablets.
Sin duda que el plan de negocio estaría fenomenalmente soportado, y que las proyecciones de flujos de caja serían lo suficientemente creíbles para que Green Swan decidiese invertir. Nadie regala dinero. Pero conociendo un poco el racional de los analistas de inversión, el mayor valor de Toys R Us en Iberia ha sido precisamente la comunión perfecta entre directores y empleados, la determinación de sacar adelante un proyecto común. Y es que no hay mayor poder en una organización que cuando directivos y trabajadores tienen el mismo foco. Por eso, a veces, cuando se prescinde del equipo directivo en una organización todo empieza a salir mal, y no es que
