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La falta de financiación bancaria frena una nueva burbuja en el suelo de la provincia

El volumen de terrenos vendidos en la provincia disminuye un 3,9% en el primer semestre tras las subidas experimentadas en los últimos años

Las máquinas inician la urbanización de unos terrenos en Alicante. a arjones

Los promotores alicantinos no ven, de momento, motivos para preocuparse por la gestación de una nueva burbuja en el mercado de suelo en la provincia. Aunque reconocen que puede haber algunos emplazamientos puntuales en la costa y en la ciudad de Alicante donde los precios se empiezan a calentar por la falta de terrenos disponibles, sostienen que en términos generales el valor de los solares se mantiene en parámetros aceptables y que el volumen de transacciones responde a las necesidades de un sector, el de la construcción, que se encuentra en plena recuperación en la zona.

Por eso, desde la patronal que les agrupa, Provia, restan importancia a las posibles señales de alarma que reflejan algunas estadísticas oficiales. En concreto, los últimos datos sobre transacciones de suelo urbano del Ministerio de Fomento señalan que entre los meses de abril y junio se vendieron en la provincia más de 677.000 metros cuadrados de terreno, lo que supone un incremento del 54% sobre el mismo periodo de 2017 y lo convierten en el segundo mejor trimestre, en lo que a volumen se refiere, desde el inicio de la crisis, tan sólo superado por las cifras que se registraron en el tercer trimestre de 2015. Además, los precios repuntaron un 15,3% en tasa interanual.

Sin embargo, estos datos se producen después de un primer trimestre muy flojo, en el que las transacciones habían caído cerca de un 60%, lo que apunta a que, en realidad, se podría haber producido un trasvase de operaciones entre trimestres -hay que tener en cuenta que la Semana Santa cayó en marzo- o un retraso en su inscripción.

De esta forma, si se suman ambos periodos, el balance final del primer semestre es de 859.000 metros cuadrados vendidos, lo que supone un ligero retroceso del 3,9% sobre las cifras de 2017. Es cierto que se trata de un volumen notable de terrenos -prácticamente el doble que hace cuatro años- pero todavía muy alejados de los 2,3 millones que cambiaron de manos en los seis primeros meses de 2004, cuando se contabilizó el máximo histórico.

Precios un 70% inferiores

Igualmente, a pesar del repunte del 15,3%, los 155 euros por metro cuadrado que se pagaron en el segundo trimestre siguen estando un 70% por debajo de los 528 que se llegaron a abonar en 2006. Al respecto, el presidente de Provia, Antonio Fernández, asegura que existe un elemento diferenciador claro entre ambos periodos y que vacuna al mercado frente a una nueva burbuja: la falta de financiación bancaria. Y es que, salvo contadas excepciones, las entidades todavía se niegan a conceder créditos para la adquisición de solares, a diferencia de lo que ocurre con las hipotecas o con los préstamos para la promoción, donde también han abierto el grifo, siempre que se acredite un porcentaje elevado de preventas.

Esto significa que los empresarios deben financiar las compras de suelo con recursos propios, lo que les frena a la hora aceptar subidas de precios por encima de lo razonable y también a la hora de acaparar solares. Eso sí, está por ver cómo evoluciona la actitud de las nuevas promotoras salidas de la crisis y participadas en su mayoría por fondos de inversión, que sí disponen de efectivo más que suficiente. Algunas ya han anunciado su deseo de aumentar sus carteras de suelo.

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