Ni el Banco Sabadell ni CaixaBank se plantean en estos momentos un posible regreso de su respectivas sedes sociales a Cataluña, según confirmaron fuentes oficiales de ambas compañías. De esta forma, las dos entidades rechazan seguir la senda que ayer abrió Aguas de Barcelona (Agbar) al convertirse en la primera gran empresa que anuncia su vuelta a esta comunidad, tras la crisis que provocó el referéndum independentista del pasado 1 de octubre. Una decisión que la participada por el Grupo Suez justifica al considerar que se ha recuperado la «estabilidad económica».

Sin embargo, para los bancos éste no parece ser un motivo suficiente para iniciar un nuevo proceso de traslado. En este sentido, desde el Sabadell recordaron que el cambio de sede social se tomó en unas circunstancias «muy concretas» -en medio de una fuga depósitos y con la cotización en caída picada por el temor de los inversores ante el proceso independentista- y que fue «muy meditada». Así, sus máximos responsables ya han señalado públicamente en varias ocasiones que, mientras no vuelvan a darse una situación de excepcionalidad, como la del pasado octubre, no volverán a plantearse un nuevo traslado. «Nada ha cambiado», aseguraron ayer desde la entidad al ser consultados por este diario.

Al respecto, el propio consejero delegado del banco, Jaume Guardiola, realizó ayer una encendida defensa del cambio de sede social a Alicante, al ser cuestionado por el asunto durante su comparecencia en la comisión del Congreso que analiza la crisis financiera, donde los grupos catalanes le acusaron de ser un «agente del 155», en referencia al artículo de la Constitución que permitió suspender la autonomía catalana. En este sentido, Guardiola recalcó que en la decisión de cambiar su sede «no hubo política» y que se tomó únicamente para defender a los accionistas de la entidad y a los depositantes. «Es tan obvio como que la cotización se recuperó y los depósitos se recuperaron», respondió.

«La decisión de Alicante tenía racionalidad económica porque es donde se encuentra el segundo centro corporativo del banco y también es donde el banco tiene más penetración», apuntó el primer ejecutivo que, no obstante, reconoció que no fue una decisión nada fácil al entrar en juego, también, «elementos emocionales». Igualmente, Guardiola reiteró la «satisfacción» del Sabadell con la compra de la CAM y rechazó que la entidad alicantina sea la que más ayudas públicas haya recibido -como le recriminaron algunos diputados- ya que, según recordó, no obtuvo fondos de la Sareb, como sí hicieron la entidades intervenidas con posterioridad.

En la misma línea que el Sabadell, también desde CaixaBank rechazaron ayer un nuevo cambio de domicilio social y su posible regreso a Barcelona, informa Jordi Cuenca. La entidad trasladó en octubre pasado su sede a València.

En cuanto a Aguas de Barcelona, la compañía aseguró ayer, en un comunicado, que la empresa trasladó a Madrid su sede social en octubre para «preservar la seguridad jurídica de los inversionistas y la protección de los intereses de sus trabajadores/as, clientes y proveedores». Sin embargo, considera que ahora «la estabilidad económica ha propiciado que el consejo de administración de Agbar se haya decidido a adoptar esta medida», en referencia a su decisión de regresar a la capital catalana.