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Intervención obliga a Climent a conceder a Ford unas ayudas a las que se oponía

El órgano de control concluye que la política industrial compete a Economía y no a Hacienda, que tramitaba dos líneas de subvención

No pasa semana sin que la relación entre las consellerias de Hacienda y de Economía se vea salpimentada por alguna discrepancia. Casi siempre en guerra por las competencias. En algunas ocasiones, sin embargo, por hacer dejación de ellas. La última polémica viene a cuenta de unas ayudas a Ford. La Conselleria de Economía, controlada por Compromís, va a tener que asumir unas subvenciones a la multinacional americana, pese a que no las integró en sus presupuestos para 2018 en diciembre pasado.

Según fuentes de la administración, la conselleria que dirige Rafa Climent se negó durante la confección de los presupuestos para 2018 a incluir dos líneas para apoyar un programa piloto sobre el coche eléctrico, y a la fabricación del Kuga. Fue finalmente el área de Hacienda del socialista Vicent Soler quien asumió estas dos partidas de unos cuatro millones, comprometidas con la empresa después de que anunciara el mantenimiento del Kuga, despejando los nubarrones sobre la factoría valenciana. Sin embargo, tras varios meses de trabajo en la elaboración de los convenios y los preceptivos informes, Intervención de la Generalitat bloqueó las ayudas, ya que la competencia pertenece a la Conselleria de Economía.

Así las cosas, el Diari Oficial de la Generalitat daba cuenta ayer de una modificación presupuestaria acordada sobre la bocina, en el último pleno antes del verano, el pasado 3 de agosto. «Atendiendo a criterios de determinación competencial de los créditos presupuestarios, se ha considerado necesario y oportuno readscribir» una línea de apoyo a la producción de vehículos eléctricos a la Conselleria de Economía, señalaba el boletín.

Como motivo de la negativa, fuentes del Consell apuntan al malestar que generó en Economía el recorte sobre la propuesta de presupuesto que presentó la conselleria. Y también a ciertos «prejuicios» del equipo de Compromís sobre las subvenciones a una multinacional como Ford, que recibe ayudas millonarias cada año. Una actitud, en todo caso, que contrasta con la mantenida por Presidencia de la Generalitat, que se ha volcado en el apoyo a la compañía en un contexto de incertidumbre en el sector de la automoción, desplazamiento de la producción a países emergentes y recortes en busca de mayor competitividad. En esta ocasión, el vaivén en la gestión de esta subvención al Kuga y al vehículo eléctrico ha retrasado varios meses su concesión.

Paradójicamente, los conflictos entre estas dos consellerias, o lo que es lo mismo, entre PSPV y Compromís, se han producido por la lucha de competencias, es decir, para ganar capacidad de gestión. Así ha ocurrido con la política industrial, lo que provocó la salida del exdirector general socialista Diego Maciá.

También en el caso del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que ha dejado una serie de competencias por las que los dos socios han peleado en el seno de la Conselleria de Hacienda. E incluso se ha producido duplicidad de iniciativas, como la elaboración de sendos catálogos de suelo logístico para captar inversiones.

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