La llegada de turistas no solo beneficia a los hoteles o los restaurantes. Los 28 millones de visitantes nacionales e internacionales que recibió la Comunidad Valenciana el año pasado también supusieron una importante inyección económica para el sector comercial de la zona, que solo por esta vía recibió más de 1.185 millones de euros. Así consta en el Informe Anual de la Distribución Comercial Minorista 2017 que acaba de hacer público la Oficina del Pateco del Consejo autonómico de Cámaras y que realiza un exaustivo análisis del sector.
Esta cantidad supone un incremento de casi un 10% sobre la conseguida en el mismo periodo del ejercicio anterior, en consonancia con lo que aumentó el gasto turístico total, que en su conjunto -incluyendo el transporte, el alojamiento, ocio y el resto de conceptos- se elevó hasta los 11.903 millones, según las mismas fuentes. Visto de otro modo, cada visitante de la Comunidad se dejó una media de 42 euros en las tiendas de la zona.
Según los técnicos del Pateco, la mayor parte de este gasto correspondió a los turistas que se alojaron en segundas residencias y apartamentos, con un total de 807 millones de euros durante el año pasado. Esto se debe, por un lado, a que son los más numerosos en la autonomía -no hay que olvidar que la región cuenta con más de 655.000 viviendas secundaria-, pero también a que son los que necesitan abastecerse de todo tipo de bienes de consumo diario que los turistas de hotel no necesitan. Así, hasta el 65% del gasto que realizaron este tipo de visitantes se fue en alimentación y productos de droguería frente a solo el 10% que destinaron, por ejemplo, a la compra de ropa, calzado o complementos.
Justo lo contrario ocurre entre quienes optan por la comodidad de alojarse en un hotel, que el año pasado compraron productos en los comercios de la autonomía por importe de más de 229 millones de euros. En este caso, las partidas más abultadas fueron las de equipamiento personal, con un 28,7% del gasto total, y la de «otros productos» -lo que incluye ocio, cultura, tecnología y otros bienes de consumo ocasional-, que alcanzó el 34% entre este colectivo. Mientras, en bienes diarios solo gastaron un 26,4% de su presupuesto comercial. Por último, quienes optaron por alojamientos extrahoteleros, como los cámpings, se dejaron 148 millones de euros en el comercio local y, al igual que los primeros, fueron la alimentación y los productos diarios los que se llevaron la mayor parte del presupuesto.
De acuerdo con las estimaciones del Pateco, la inversión realizada por los turistas supuso el año pasado un 6,2% de la facturación del sector, frente al 84,7% que representan las compras de la población autóctona y en 9,2% que suma el abastecimiento a otro tipo de negocios.
Claro está que este porcentaje varía mucho según se trate de un municipio costero o de otro de interior, de ahí que la llegada de turistas sea uno de los principales criterios que se tienen en cuenta a la hora de determinar la libertad de horarios comerciales en una determinada población. En toda la Comunidad existen hasta 63 zonas declaradas de gran afluencia turística, donde está permitira la apertura dominical de los comercios en mayor o menor medida.
