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La cifra de ricos se recupera y ya roza los niveles previos a la crisis

El número de contribuyentes de la autonomía que declara ganancias superiores a los 600.000 euros anuales se duplica en tres años y alcanza los 672

La cifra de ricos se recupera y ya roza los niveles previos a la crisis

Mientras buena parte de la población aún sufre en sus carnes, de una u otra forma, las consecuencias de la crisis económica, existe una minoría de privilegiados para los que parece que la recuperación ha llegado antes. Se trata de los más ricos, aquellos que declaran al fisco ganancias anuales por encima de los 600.000 euros, un selecto club que en la Comunidad Valenciana quedó reducido a la mitad en lo más duro de la recesión pero que en apenas tres años ha vuelto a crecer hasta recuperar cifras muy cercanas a las que existían antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Según los últimos datos de la Agencia Tributaria, en 2016 fueron 672 los contribuyentes de la autonomía que declararon una renta superior a los cien millones de las antiguas pesetas, un 37% más que en el año anterior y más del doble de los que había en 2013, cuando alcanzó su mínimo, con sólo 292. La cifra se sitúa ya muy próxima a la que se registraba en 2008, cuando esta élite de ultrarricos la formaban 711 personas en la Comunidad.

Se trata en su mayoría de ejecutivos de grandes compañías, empresarios o profesionales liberales que se están beneficiando especialmente de la recuperación de la actividad económica. «Es cierto que es algo llamativo, pero lo extraño sería que no se produjera. Llevamos varios años consecutivos de un crecimiento económico intenso y es lógico que aflore en las rentas más altas», apunta el profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante, Alfredo Masó, para el que este incremento de la cifra de las rentas más altas no deja de ser un «síntoma» de la mejora económica de la actividad.

Así, entre las causas apunta a la buena marcha que arrastra el sector exportador y que lleva a que haya un número creciente de compañías con cuentas saneadas, que pueden permitirse remunerar generosamente a sus directivos o que también empiezan a repartir dividendos entre sus socios. Igualmente, la recuperación del sector inmobiliario favorece que las firmas del sector que han sobrevivido vuelvan a ganar dinero o que los activos que acumulan algunos grandes patrimonios se revaloricen y puedan generar plusvalías.

También el presidente del Colegio de Economistas de Alicante, Francisco Menargues, vincula este incremento de la cifra de contribuyentes de rentas muy altas a la recuperación económica y recuerda «que los más ricos siempre sufren menos con las crisis». Algo que, por ejemplo, se traduce en la mayor resistencia que suele mostrar el sector del lujo ante las recesiones, según recuerda. Eso sí, Menargues también apunta que, aunque ya haya compañías que ya han empezado a distribuir beneficios entre sus socios, la mayoría aún está empleando las ganancias que consigue para enjugar las pérdidas de años anteriores.

Más desigualdad

En cualquier caso, lo que también muestran los datos de la Agencia Tributaria es la mayor desigualdad que existe en estos momentos en la distribución de rentas. De esta forma, frente a los 672 contribuyentes que declaran unos ingresos por encima de los 600.000 euros en la Comunidad Valenciana, existe un 43% -937.000 personas- cuyas rentas no llegan a los 12.000 euros, es decir, que ni siquiera son mileuristas. Y, de estos últimos, aproximadamente un tercio ni tan sólo habría ingresado unos 1.500 euros en todo el año. Una circunstancia favorecida por la persistencia de un elevado nivel de paro y por el hecho de que haya muchos trabajadores que sólo logren empleos esporádicos.

Por el contrario, el total de los que superan los 30.000 euros anuales de ingresos apenas suma el 17,54% de los contribuyentes, y solo un 3% declara más de 60.000 euros. Unos datos que vienen a corroborar el aumento de la desigualdad que ha generado la crisis y que han denunciado estudios como el que recientemente publicaron la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que puso de relieve el aumento del número de pobres y de familias ricas en detrimento de las clases medias, que han perdido más de 300.000 efectivos.

Una brecha que, sin embargo, el profesor Alfredo Masó se muestra convencido de que acabará por cerrarse, a medida que avance la recuperación del empleo. «Es cierto que hasta ahora los esfuerzos se han centrado más en recuperar los puestos de trabajo perdidos que en mejorar los salarios, pero las diferencias tienden a reducirse», asegura, convencido, el economista.

Más rentas altas en Madrid

Si se analizan los datos de toda España se observa que esta recuperación de las rentas altas no avanza a la misma velocidad en todas las autonomías. Así, mientras en la Comunidad ya se rozan las cifras de 2008, en regiones como Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha o Castilla y León el número de contribuyentes que ganan más de 600.000 euros al año apenas es la mitad que en el último ejercicio antes del estallido de la crisis económica. Por el contrario, también hay autonomías donde el número de ricos ya es, incluso, superior al de aquella fecha. Destaca el caso de Madrid que, al albergar la sede de la mayoría de grandes compañías del país, también es la autonomía con mayor número de contribuyentes de este nivel. Así, de los 8.059 ricos de España, hasta 4.179 residen en la capital del Estado. Son 822 más de los que había antes de la crisis.

Algo similar ocurre en Cataluña, donde son 1.911 los ciudadanos que declararon al fisco unos ingresos por encima de los 600.000, 125 más que en el ejercicio de 2008. Galicia y Baleares son las otras dos autonomías donde la cifra de ricos también es superior a la de hace diez años.

Hay que tener en cuenta que, además de las rentas del trabajo, estos datos incluyen la totalidad de ingresos de los contribuyentes, incluidas las denominadas rentas imputadas por la tenencia de segundas residencias y otras propiedades, los dividendos de sus inversiones o las ganancias que obtienen por el arrendamiento de sus bienes. Por ejemplo, de los 672 valencianos con ingresos por encima de los 600.000 euros, hubo 113 que no declararon nada por rendimientos del trabajo. Eso sí, quienes sí lo hicieron recibieron una media de 509.000 euros por este concepto, un salario que no está nada mal teniendo en cuenta que los ingresos medios declarados en la autonomía fueron de 20.760 euros.

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