El 62,1% de los autónomos son contrarios a asimilar su base de cotización a sus ingresos reales al considerar que ello supondría un aumento de la cuota, mientras que el 22% se muestra a favor de esta medida y el 20,1% no expresa su opinión al respecto, según el barómetro de la organización de autónomos ATA, realizado a partir de casi 1.600 encuestas efectuadas entre el 15 y el 29 de junio.

La adaptación de la cotización de los autónomos a sus ingresos reales es una de las medidas ante las que se ha mostrado a favor la nueva ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. Sin embargo, la encuesta de ATA revela que al colectivo no le gusta esta iniciativa. Es más, cuando se les pregunta por una hipotética bajada de impuestos, un tercio de los autónomos aboga por rebajar cotizaciones y un 34% por reducir el IVA.

El porcentaje de rechazo a cotizar en función de ingresos reales ha aumentado desde el 59% del anterior barómetro, realizado el pasado mes de diciembre, hasta el 62,1%, aunque también ha aumentado ligeramente la proporción de autónomos favorable a esta medida (desde el 20,9% al 22%, el equivalente a unos 700.000 autónomos).

Ingresos inferiores

Unos 550.000 autónomos tienen ingresos inferiores al salario mínimo (SMI) y el 70% tiene rendimientos netos superiores a su base de cotización, según ha explicado en rueda de prensa el presidente de ATA, Lorenzo Amor. En el caso de la Comunidad Valenciana, casi 80.000 autónomos de esta autonomía pagan más de cuota que los ingresos que declaran. Así, el 40 % de estos trabajadores declaran rentas inferiores a 11.100 euros anuales, que es la base mínima de cotización que deben abonar a la Seguridad Social, lo que lleva a diversas organizaciones del sector reclaman urgencia en las reformas del sistema

De los más de 3,2 millones de autónomos en España (incluyendo los autónomos societarios), el 64% cotiza por la base mínima. Entre los autónomos personas físicas, este porcentaje se eleva al 85 %. ATA es partidaria de no obligar a los autónomos a cotizar por sus ingresos reales, ya que es un colectivo muy heterogéneo, cuyos ingresos no son fijos, y la obligatoriedad de esta medida podría tener efectos negativos fiscales y recaudatorios.

Para Amor, una opción viable sería la de que los autónomos con ingresos superiores a su base de cotización hicieran aportaciones a la Seguridad Social «a toro pasado», es decir, una vez conocidos los rendimientos netos declarados. En el caso de los autónomos con ingresos inferiores al salario mínimo, la organización aboga por una tarifa plana de 50 euros de cotización.