Cuando una empresa tiene que mover cada año decenas de miles de toneladas de material, el coste del transporte se convierte en uno de los factores que más pesa en su competitividad. Sobre todo si la carretera es prácticamente la única alternativa que existe en la zona. Ésa es la realidad contra la que quiere luchar Aludium, la propietaria de la fábrica de aluminio de Alicante, cuyo máximo responsable, Manuel Ruano, ha aprovechado la visita de varios responsables municipales y del presidente de la Comisión de Navegación y Logística de la Cámara de Comercio, Ramón Mayo, para reclamar un mayor «impulso» para el Puerto de Alicante.

En otra palabras, para reclamar un aumento de las conexiones del recinto alicantino, que en la actualidad se limitan a las líneas con las Islas Canarias y alguna ruta con el Norte de África y con Italia. Un número de destinos claramente insuficiente para un exportador nato como Aludium, que envía su producción a 32 países de todo el mundo, lo que obliga a la compañía a marcharse a otros puertos para dar salida a su producción. Además, desde la firma también aseguran que la falta de masa crítica también provoca que las tarifas de Alicante sean más caras que las de otras instalaciones.

No es la primera vez que Aludium denuncia las malas conexiones de transporte de la provincia. Así, la compañía también se ha quejado por el retraso del Corredor Mediterráneo, cuya ausencia también encarece notablemente sus envíos a Europa, o por la falta de operatividad de las líneas ferroviarias en la Península.

De este forma, la firma propiedad del fondo norteamericano Atlas Holdings se ha convertido en una de las pioneras en la provincia en el uso de «megacamiones» para abaratar los envíos que realiza entre su fábrica de Alicante y la de Amorebieta, de donde llega buena parte de la materia prima que se emplea en la factoría de Agua Amarga.

Nueva fundición

Los responsables de Aludium también aprovecharon la visita de los responsables municipales y de la Cámara para dar cuenta del estado de las obras para reanudar la actividad de fundición de la planta, que reducirá su dependencia de otros productores de materia prima. El proyecto, que forma parte de su Plan Estratégico de Crecimiento Empresarial, constará de la apertura de dos áreas de fundición: una producirá placas de aluminio que posteriormente serán transformadas en la planta de Amorebieta (Bilbao) y la otra producirá aluminio en colada continua que posteriormente será finalizado en la planta de Alicante.

La modernización y puesta al día de las instalaciones se iniciará de forma inmediata, con una inversión cercana a los siete millones de euros, y estará operativa en el primer trimestre de 2019. Esta inversión creará 23 nuevos puestos de trabajo en Alicante.