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Los notarios buscan relevo

El Consejo General trata de acercar la profesión a los alumnos de instituto para dar a conocer su trabajo y fomentar nuevas vocaciones

Martínez y los estudiantes, en una firma. jose navarro

Probablemente, la de notario no sea una profesión en la que muchos chavales piensen cuando están decidiendo qué optativas coger en Bachillerato o qué carrera se ajusta mejor a sus planes de futuro. La complejidad de las oposiciones, el mínimo de cinco años que deben dedicar los aspirantes o el propio desconocimiento de la figura del notario, al que se suele ver como un señor gris que se limita a estampar su firma en los documentos, no contribuyen en absoluto a fomentar las nuevas vocaciones.

De ahí que el organismo que agrupa a estos profesionales en toda España -el Consejo General del Notariado- haya puesto en marcha un programa en el que convierten en «Notari@ por un día» a alumnos de instituto. Una iniciativa que por primera vez se ha desarrollado en Alicante, donde dos estudiantes del IES Doctor Balmis han podido conocer el día a día de este oficio de la mano del vicedecano del colegio autonómico, Delfín Martínez.

«Nos preocupa la ausencia de un cuerpo significativo de opositores en la provincia», apunta Martínez, que señala que apenas hay media docena de candidatos preparándose en la zona, con independencia de los que puedan haberse desplazado a València u otras capitales para hacerlo. «Es duro, es mucho tiempo y la gente se desmoraliza», asegura el vicedecano, que también reconoce que no todo el mundo puede permitirse dedicar una cifra tan considerable de años únicamente a estudiar, lo que supone un obstáculo añadido a la hora de buscar vocaciones.

Tampoco ayuda el desconocimiento de la labor y el servicio público que prestan estos profesionales. «La verdad es que no sabía que podían hacer tantas cosas. Pensaba que solo firmaban hipotecas o herencias, no sabía que también podían casar o hacer testamentos vitales», reconocía Cristina González, tras la jornada que pasó en la notaría de Martínez. Tras finalizar segundo de Bachillerato en la rama de Humanidades, la intención de esta estudiante es cursar la carrera de Derecho y ejercer algún día de abogada.

«Ojalá llegara, pero es que veo muy complicadas las oposiciones», responde cuando se le pregunta si ahora se plantearía prepararse para obtener una plaza de notario.

Más abierto a esta posibilidad se muestra su compañero Ariel Verdesoto, que parece tener claro que su futuro pasa por dedicar largos años al estudio. «Siempre he querido estudiar Derecho y mi objetivo era opositar para juez, así que tampoco me parece mala opción cambiar a notario», señala el estudiante, que asegura, rotundo, que no le asusta en absoluto la dureza del proceso. Entre las cosas que más le llamaron la atención de la experiencia destaca el asesoramiento gratuito que ofrecen estos profesionales -«pensaba que siempre cobraban», apunta- o la obligación de conservar todos los documentos.

«Lo que queremos transmitirles es que aquí se presta un servicio importante a la sociedad. La gente viene con sus problemas y nosotros lo que hacemos es darle forma jurídica para evitar conflictos. Cuando redactamos un testamento o damos fe de un acuerdo, nuestra principal finalidad es dar seguridad jurídica para evitar un pleito», explica Delfín Martínez, que recuerda que uno de los lemas de la profesión es «notaría abierta, juzgado cerrado».

En la actualidad existen 129 notarías en la provincia de Alicante, aunque durante el boom se autorizó ampliar esta cifra a 146. Sin embargo, estas nuevas plazas nunca llegaron a cubrirse en su totalidad.

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