La travesía por el desierto que ha realizado en los últimos años la Villa Universitaria podría estar próxima a su fin. Según ha informado este jueves la consultora Veo Comunicacion, contratada por la administración concursal para subastar el inmueble, dos grupos inversores han presentado dentro de plazo sendas ofertas que superan el valor mínimo de liquidación que se había fijado para el recinto, de 14,6 millones de euros, e, incluso, una de ellas alcanza los 19,7 millones en que se había valorado el total de la unidad productiva en venta.

Los grupos inversores -cuya indentidad no ha sido revelada- tienen ahora para decidir si quieren mejorar su oferta. Al mismo tiempo, la administración concursal del procedimiento debe analizar las ofertas presentadas ya que, además de la cantidad ofertada, también se tendrán en cuenta para la adjudicación definitiva los planes de viabilidad, de negocio e inversión que mejor garanticen la continuidad de la Villa Universitaria y el mantenimiento de los 40 puestos de trabajo que genera.

Una vez finalizada esta fase, la aministración procederá a la adjudicación en favor de la que considere mejor oferta y dará por concluido el procedimiento de liquidación de la Villa Universitaria, la cual continuará su actividad bajo la dirección del actual equipo gestor, según han afirmado las mismas fuentes.

En este sentido, Veo Comunicación, que también ha asesorado en la gestión del complejo, recuerda que desde que entró en concurso de acreedores en 2015, la Villa Universitaria ha logrado incrementar un 59% su volumen de negocio.Los restos del Grupo Santa Ana

La Villa Universitaria abrió sus puertas en octubre de 2006 como uno de los proyectos emblemáticos del Grupo Santa Ana, la firma del expresidente del Alicante CF Juan Antonio Iniesta, que protagonizó una de las mayores expansiones durante los años dorados del ladrillo y que ahora ha desaparecido, víctima de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Como ocurrió con muchos proyecto de la época, el gran lastre que llevó a al complejo a concurso fue su elevada deuda, que impidió su viabilidad económica y obligó a declararse en concurso.

Se trata de la segunda vez que la administración concursal saca a subasta el complejo ya que en la anterior ninguna de las ofertas iniciales alcanzó los 14,6 millones el denominado «valor de reserva», que hubiera obligado a adjudicar el edificio a alguno de los postores iniciales. Aún así, la subasta podría haberse resuelto pero, una vez pasado el plazo, se recibieron varias ofertas que superaban a las presentadas oficialmente -fruto del creciente interés del mercado por este tipo de activos- lo que animó a los actuales responsables de la Villa Universitaria a dejar desierta la anterior convocatoria y sacar el centro de nuevo al mercado.

Todo apunta a que en esta ocasión, a la vista de los importes ofrecidos, sí se adjudicará el inmueble.