El final de la crisis, el inicio de la recuperación económica y la irrupción a un ritmo acelerado de las nuevas tecnologías y la transformación digital en el mundo de los negocios está cambiando el panorama del mercado de trabajo nacional y alicantino. Y en este tránsito se han detectado ya ciertos desajustes entre la oferta y la demanda de mano de obra, por lo que los distintos sectores reclaman una mayor especialización y cualificación en el empleo, apostando por reforzar la formación.

Un informe hecho público ayer por Cepyme en colaboración con la empresa de recursos humanos Randstad alertaba de que en España «las pymes tendrán dificultades para cubrir vacantes en construcción, finanzas y servicios jurídicos durante la próxima década». Incidía, además, en que la demanda de trabajadores técnicos cualificados será la que más crecerá (2%), por encima de los ocupados no cualificados (1,5%); y ponía el acento en que la hostelería y el comercio serán los sectores que más empleo crearán, «con más de 580.000 nuevos puestos de trabajo, lo que supone el 36% del total de empleos que se generarán en la próxima década (1.600.000)».

En la provincia, la construcción y la hostelería son dos de los sectores clave del tejido productivo y de la economía alicantina. Y, superado el periodo de crisis, en la nueva fase de la reactivación, está recuperando dinamismo, pero están teniendo dificultades para encontrar mano de obra cualificada. Lo decía hace unos días en este periódico la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Alicante (Provia), que, incluso, solicitaba al Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) cursos de especialización.

También, ayer, la presidenta de los la asociación de los hosteleros provinciales (Apeha), Mar Valera, advertía de que ya en la reciente campaña de Hogueras «comenzamos a detectar los problemas para encontrar mano de obra». Unas dificultades que continúan de cara a la inminente temporada estival. Valera atribuía estas dificultades al hecho de que el ladrillo ha iniciado su etapa de despegue tras el largo ajuste sufrido por la recesión, «y la gente prefiere irse a la construcción, entre otras cosas, porque no se trabaja en fines de semana», añadía Valera.

El desajuste entre la oferta y la demanda de mano de obra preocupa a las organizaciones empresariales. De hecho, Apeha considera una prioridad de cara al futuro que se refuerce «la especialización de los trabajadores», y que se priorice «tener un título formativo en hostelería». Entiende, así, la formación como una vía necesaria «para ofrecer los servicios profesionales y de calidad que se requieren».

Aunque parezca paradójico, los empresarios de hostelería están topándose ahora con más problemas para encontrar personal preparado para atender las salas de comedor que las cocinas, que, inicialmente, exigirían mayores conocimientos de este área. Sin embargo, el «boom» de los programas de cocina en los últimos años ha impulsado a muchos estudiantes a decantarse por esta especialidad y, actualmente, la oferta de cocineros se adecua más a la demanda.

El e-commerce y la digitalización

Desde la patronal de las pymes del comercio de la provincia (Facpyme) se coincide con las previsiones del informe realizado por Cepyme y Randstad. «La transformación y el e-commerce están provocando que cada vez más negocios entren en este modelo, por lo que va a haber más empresas que necesiten personal técnico en estas áreas», señalaba Francisco Rovira, secretario general de Facpyme.

Igualmente, en el sector se demanda lo que se viene en denominar «buenos vendedores. Y eso no se estudia. Las organizaciones profesionales deberían reforzar más la formación en este sentido. La Formación Profesional tendría que decir mucho en este campo», agregaba Rovira, quien considera que dos de los requisitos que en el sector comercial se requerirán a medio plazo para los aspirantes a tener un empleo es el conocimiento del mundo digital y de los idiomas. También desde la patronal provincial del metal Fempa apuntan a que los puestos de trabajo relacionados con la robótica, las nuevas tecnologías, o el internet de las cosas son los que «marcarán el perfil profesional en el futuro», señalaba su secretario general, Luis Rodríguez, quien, además, incidía en que parte de estas disciplinas están entrando a formar parte de la FP reglada -Fempa tiene un centro de formación con un amplio abanico de disciplinas- porque los empresarios están empezando a notar que no tienen cubiertos estos perfiles», explicaba Rodríguez.