Contratos los fines semana o a jornada parcial, aunque se extiendan en el tiempo, es el tipo de empleo al que están abocados muchos jóvenes en sus primeros pasos laborales y que les suponen escasos ingresos.

El trabajo habitual de una jornada parcial es de cuatro horas y la remuneración media ronda los 400 euros. Francisco prevé estar empleado todo el verano en un chiringuito, por lo que su remuneración, incluidas horas extras, al final superará esa media. Al igual que el resto del año, parte de lo que gane lo dedicará «a los gastos comunes para pagar el autobús, la gasolina, ir algún día de cena y preparar algún viaje», explica Francisco, que al igual que José vive con sus padres, por lo que el resto de gastos los cubren sus familias.

Ambos tienen pareja, aunque la perspectiva de emanciparse la ven lejana. «¿Emanciparse? Dicho vulgarmente, lo veo jodido», responde con rotundidad Francisco. José es más optimista: «Creo que cuando acabe la carrera -le quedan dos años para terminar- y encuentre un empleo, podré independizarme», confía, «porque con el pesimismo no se va a ningún lado», argumenta. Además de la precariedad laboral, José y Francisco también tienen en común que parte de lo que ganan ahora lo ahorran de cara al futuro. «Para tener un colchón, porque no sabes lo que te puedes encontrar», coinciden. Admiten que son jóvenes de gastos «muy normales», pero que quieren ir «preparando el futuro».