Ajustar la oferta y la demanda laboral, así como contribuir a reducir las elevadas tasas de desempleo juvenil son dos de los efectos positivos que se derivan de la implantación de la Formación Profesional Dual, según se destaca en el estudio a nivel nacional «Orientación profesional y formación dual. Hacia un modelo integrado para el empleo juvenil», elaborado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF) y la Fundación Bankia por la Formación Dual.

El informe, presentado ayer en la sede de Fundesem, con la colaboración de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (Aefa), advierte, en un primer momento, de que el mercado de trabajo en España y en Alicante soporta unas altas tasas de paro juvenil -del 34,5% en la Comunidad en el primer trimestre del año-, al mismo tiempo que las compañías tienen dificultades para encontrar mano de obra cualificada. Una situación de desajuste que, desde las empresas familiares se considera que puede revertirse si se potencia más la FP Dual, según expusieron la vicepresidenta de Aefa, Maite Antón, y Olga García, directora corporativa de Bankia de Alicate y Murcia. Esta última incidió, además, en que desde hace años la entidad y su fundación mantienen el compromiso por la formación y la educación, un factor clave para «la competitividad empresarial» y que también «es la mejor forma de luchar contra el desempleo juvenil».

Durante la presentación, Esteban Sastre, director de Economía y Empresa del IEF, incidió en la apuesta de las compañías familiares por la FP Dual e insistió en que «lo que piden las empresas no lo ofrece el mercado». El experto hizo una comparativa con otras zonas del entorno europeo y señaló que en los países donde la FP Dual tiene una mayor implantación, «hay tasas más bajas de desempleo y el colectivo juvenil sufre menos los efectos de la crisis».

La FP Dual es un modelo en el que los alumnos alternan tanto las clases teóricas en los centros de educación específicos con la práctica en las propias empresas. Una forma de adecuar la formación de los jóvenes a la tendencia real del mercado y a las necesidades de las compañías.

En España, este modelo se implantó en 2012. En este primer año fueron más de 4.200 los alumnos que cursaron algunos de los ciclos de la FP Dual. Y transcurridos cinco años, en el curso 2016/2017 la cifra aumentó hasta los 23.910, detalla el estudio. Pese al incremento, Sastre advirtió de que «todavía falta información tanto de cara a los potenciales estudiantes como hacia las propias empresas, especialmente a las pymes». En este sentido, el técnico reclamó una mayor divulgación de este modelo formativo por parte de las administraciones públicas.

En el informe, igualmente, se lanzan propuestas como la incorporación de este sistema «como uno de los grandes pilares del futuro Pacto por la Educación», impulsar la colaboración público-privada, al igual que la «generación de información pública de calidad sobre tendencias del mercado laboral, profesiones de futuro y especialidades en los centros de formación que faciliten la toma de decisiones a los jóvenes».

Otras propuestas aluden a la potenciación de la figura del orientador profesional e integrarla como parte del proceso formativo, además de fomentar la especialización de los centros para elevar la calidad y «facilitar su integración en los procesos de producción».