Las empresas alicantinas empiezan a recuperar el tono muscular que perdieron durante la crisis. La recuperación de la confianza y el aumento de la demanda en los mercados está llevando a muchas de ellas a apostar por planes de expansión, lo que se empieza a traducir en un aumento de las plantillas y del tamaño general de las compañías. Un crecimiento que resulta clave para afrontar el futuro con garantías ya que son las empresas de mayor tamaño las que más apuestan por la innovación o por abrir nuevos mercados, dos requisitos necesarios para sobrevivir en un mundo en plena transformación.
Así lo apuntaron ayer los responsables del Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca) durante la presentación del Informe de Coyuntura que elaboran trimestralmente y que refleja que la provincia sigue mejorando en la mayoría de los indicadores pero todavía no ha alcanzado la «velocidad de crucero» que necesita para dejar atrás definitivamente la recesión.
En este sentido, el presidente del «think tank» alicantino, Rafael Ballester, destacó que la provincia se encuentra «ante un momento clave», en el que las decisiones que se tomen «serán transcendentales y de ellas dependerán que nos subamos al tren de la recuperación ahora o que lo hagamos más tarde que otros territorios». Por ello reclamó más apoyo «a los sectores innovadores y tecnológicos», con el objetivo de construir «una férrea estructura de empresas digitales y digitalizadas» que contribuyan a conseguir este objetivo.
En la parte positiva, el también abogado urbanista destacó los buenos datos del mercado laboral alicantino, con un crecimiento del número de afiliados a la Seguridad Social cercano al 5% en tasa interanual. Un aumento que consideró «doblemente positivo» ya que se ha conseguido sin que haya aumentado significativamente el número de empresas. O, dicho de otra forma, que son las firmas existentes las que han contratado personal y, por tanto, han ganado en tamaño.
En concreto, señaló que el número medio de trabajadores por empresa en la provincia ha pasado de 7,18 a 7,80 en los últimos tres años, lo que supone un aumento medio de casi un 9%. «Este factor, el crecimiento del tamaño de las empresas es esencial para afrontar los nuevos retos de los proyectos empresariales y dotarlos de robustez, consistencia y durabilidad», defendió Ballester quien, no obstante, señaló que aún queda mucho camino por recorrer puesto que el tamaño medio de las firmas alicantinas aún sigue por debajo del nacional, que se sitúa en 10,21 trabajadores.
En la misma línea, también el director de Estudios de Ineca, Francisco Llopis, recalcó que este crecimiento de la dimensión empresarial no sólo es positivo «sino muy necesario», porque «difícilmente un tejido empresarial muy pequeño puede incorporar las nuevas tecnologías, incorporar nuevos mercados productivos o puede fomentar un incremento del valor añadido».
Solución a la falta de agua
Por otra parte, el presidente de Ineca también enfatizó que, para que la provincia deje atrás definitivamente la crisis, «no se debe retrasar la puesta en marcha de políticas que mejoren la competitividad de las empresas y la productividad de los trabajadores, que resuelvan los problemas estructurales en sectores críticos para nuestra economía como son, entre otros, el agrícola y el agroalimentario, que requieren soluciones estables y sensatas en materia de agua». Igualmente, pidió un impulso decidido «en materia de innovación y digitalización, removiendo obstáculos, limitando la burocracia asociada al actual modelo, que debe reorientarse en colaboración con los agentes implicados». Por último, también reclamó un compromiso inversor, «real y continuado», de las administraciones nacional y autonómica, que demuestre «su confianza en la capacidad de crecimiento de nuestra provincia».
