Primero fueron los extranjeros, que aprovecharon como pocos las gangas que dejó el estallido de la burbuja inmobiliaria. Más tarde se sumó la demanda local, impulsada por la necesidad de las nuevas parejas o de quienes deseaban independizarse de buscar una casa donde vivir. Y, finalmente, el año pasado, fueron los compradores nacionales de segunda residencia los que se incorporaron a la reactivación del sector inmobiliario, que completa así su último paso antes de su total normalización. Así lo destaca el último informe de BBVA Research sobre la materia, que señala a Alicante como una de las provincias más beneficiadas por este cambio de tendencia al tratarse del destino favorito del principal mercado emisor: la Comunidad de Madrid.
Una tendencia que también corroboran los datos del Ministerio de Fomento, que revelan que el año pasado los residentes de otras provincias compraron hasta 6.313 viviendas en la Costa Blanca, lo que supone un incremento del 17,1%, después de tres ejercicios de estancamiento e, incluso, retroceso en este segmento.
De esta forma, las segundas residencias supusieron ya el 15,7% del total de transacciones registradas en la provincia, lo que sumado al 48,8% que representan los compradores extranjeros, significa que apenas una de cada tres casas vendidas en Alicante tienen como finalidad acoger el domicilio habitual de una familia.
El informe del BBVA atribuye esta reactivación de la compra de apartamentos por parte de los españoles al «buen tono económico» y, en especial, a la capacidad que demostró la economía nacional «de seguir creando empleo a tasas relativamente elevadas», lo que se tradujo en unas cotas también «relativamente elevadas» de la confianza de los hogares. Un elemento clave cuando se trata de un gasto que no resulta de primera necesidad, como es el caso. También contribuyó el mantenimiento de unos tipos de interés bajos, que facilitan financiar estas compras.
El estudio también pone de relieve que la conexión entre Madrid y Alicante sigue funcionando y que la Costa Blanca es la primera opción de los madrileños que deciden comprarse una casa fuera de su comunidad. En concreto, uno de cada diez residentes de la capital que adquiere una vivienda en otra provincia elige Alicante, por encima de otras demarcaciones como Toledo, Valencia o Málaga.
Visto desde la otra perspectiva, los madrileños supusieron el 40% de los nacionales que compraron una segunda residencia en la Costa Blanca, con un total de 2.587 operaciones, un 29% más de las registradas en el ejercicio anterior.
En segundo lugar, se situaron los compradores murcianos, que sumaron 805 operaciones, un 13,3% más; seguidos por los barceloneses, con 625 adquisiciones; y los valencianos, con 588. También destacan las cifras de Albacete, de donde llegaron 223 compradores; o de Ciudad Real, con 124 transacciones, según los datos de Fomento.
Por su parte, entre los alicantinos que buscan fuera de la provincia su casa de vacaciones, un 26% se decanta por la vecina Murcia y otro 17,8% opta por algún municipio de Valencia.
La mitad del mercado autonómico
Este repunte de la segunda residencia contribuyó a que Alicante acaparara el año pasado el 50,8% de todas las compraventas de viviendas registradas en la Comunidad Valenciana, que alcanzaron las 79.190, según el informe de BBVA Research. Desde el mínimo marcado en 2011, el volumen de transacciones ya ha remontado un 66%, según las mismas fuentes.
Frente a la situación que se registra en Alicante, en Valencia es la demanda de primera vivienda la que más está tirando del mercado, mientras que en Castellón se da una combinación entre la demanda de segundas residencias y la local. Por último, el informe realizado por el servicio de estudios del banco azul destaca que el año pasado se inició la construcción de 8.735 nuevas viviendas en la autonomía
