Hace seis años, cuando el Gobierno del PP incluyó el contrato de emprendedores en la reforma laboral para impulsar el empleo estable y contribuir, así, a la reducción de las altas tasas de paro que venía generando la crisis económica, esta «iniciativa estrella», apenas representaba el 0,8% del total de la contratación en la provincia, con los datos mensuales de abril de 2012. Entonces, se firmaron 267 contratos de este tipo: por tiempo indefinido y con un periodo de prueba de un año. El total de los nuevos empleos creados en ese mes en Alicante fue de 31.163, según los datos de un estudio realizado por UGT, por lo que su peso sobre el total apenas era del 0,8%.

Y transcurridos seis años desde su puesta en marcha, sigue manteniendo una mínima incidencia en la contratación. En el último mes de abril, suponía el 1,1% por las 594 formalizaciones registradas de este modelo contractual dentro de las 53.659 totales. Los sindicatos atribuyen más el ligero incremento - del 0,8% al 1,1%- a los propios efectos de la recuperación económica que a otros factores relacionados con un impulso real de este modelo contractual, «entre otras cosas porque la variación es mínima y supera por muy poco el 1%. Desde 2012, ha pasado el tiempo suficiente para que se consolidara su implantación. Además, el mínimo avance coincide con un repunte de la actividad y, por tanto, de la contratación, en general», según advertía Yaissel Sánchez, secretaria territorial de UGT en l'Alacantí-La Marina.

Además, la dirigente sindical añadía que el peso sobre el total «sigue siendo mínimo y demuestra que aquella medida fue errónea porque, en realidad, lo que ha hecho es alargar la temporalidad, convirtiéndola en indefinida». El informe del sindicato también pone el foco de atención en otros resultados que ofrece la comparativa de los contratos con bonificación y los que no se han acogido a los incentivos.

De los 594 realizados en abril pasado -en el acumulado del primer cuatrimestre alcanzan los 2.302-, el 72,7% se firmaron sin acogerse a bonificaciones. Para el sindicato, «si la inmensa mayoría de empresas que emplean a través de este modelo no se acogen a las subvenciones es porque, en realidad, se busca crear trabajos temporales encubiertos. Es decir, que cuando acaba el periodo de prueba pueden despedir sin indemnizaciones. Sin embargo, si se acogen a los incentivos y terminado el periodo de prueba no lo amplían hasta el tercer año, al menos, como exige la normativa -salvo para las causas que especifica que no se consideran incumplimientos- tendrían que devolver las ayudas», advierte Yaissel Sánchez.

Por otra parte, la mayor parte de los contratos de emprendedores, tanto los bonificados como los no subvencionados, se realizan a tiempo completo, seguidos de los de jornada parcial y, finalmente, de los fijos-discontinuos.

Una parte importante de los contratos realizados con este modelo en la provincia en abril pasado se hicieron a trabajadores de entre 25 y 29 años (111 contratos). A distancia se encuentran los que se sitúan en la franja de edad de entre los 45 y 49 años (88), seguida de los que tienen entre 20 y 24 años (72) y de los que se encuentran entre los40 y 44 (71).