Después de seis años de una intensa relación, el exdirector general de la CAM Roberto López Abad y el prestigioso penalista valenciano Javier Boix han roto. Atrás quedan innumerables viajes a Madrid, un sinfín de escritos y unas cuantas declaraciones tanto en los dos procesos de los abiertos por la gestión de la caja que ya han llegado a juicio como en el marco de los cuatro donde el ex alto ejecutivo está implicado y que aún se encuentran en instrucción o próximos a ser enjuiciados. Tal es el caso del de las dietas de Modesto Crespo que el lunes está previsto que comience en la Audiencia de Alicante, tras el principio de acuerdo alcanzado entre el fiscal y el empresario ilicitano.
En estos años, desde que comenzó el calvario judicial de López Abad allá por junio de 2012, Boix siempre ha estado a su lado. Aunque en ocasiones ha delegado en su segundo de a bordo, Eliseu Frigols, en ninguno de los momentos clave Boix ha dejado de estar presente.
Así, acompañó a López Abad en sus primeras declaraciones ante el entonces magistrado Javier Gómez Bermúdez, fue testigo directo de su ingreso en prisión por los negocios que la CAM montó al otro lado del Atlántico y ha batallado por él antes dos tribunales de la Audiencia Nacional en sendos procesos: en el de las dietas del presidente de la comisión de control, Juan Ramón Avilés, del que ambos salieron absueltos, y en el que se siguió por el falseo de las cuentas de la entidad, donde el exalto ejecutivo ha corrido peor suerte. La defensa que ejerció Boix no le libró de una condena de tres años por falsedad que ahora está pendiente de lo que diga el Tribunal Supremo.
¿Motivos económicos?
Pese a que motivos reales de la ruptura no han trascendido, la cuestión económica se apunta como la más probable, aunque Boix haya aducido la molestia que le suponen los viajes a Madrid.
En cualquier caso, el hecho es que López Abad se ha visto obligado a reorganizar su defensa y lo ha hecho distribuyendo los asuntos en los que está involucrado entre, al menos, tres abogados.
El fichaje más chocante es, sin duda, el de Ginés Avilés, hijo del expresidente de la comisión de control Juan Ramón Avilés, al que también defendió en el proceso en el que fue absuelto junto a López Abad, y quien le representa ahora en la causa por los negocios de la CAM en el Caribe. Un proceso en el que desde la semana pasada están procesados también seis miembros de la comisión de control que presidía su padre.
Pero ésta no es la única curiosidad del nuevo plantel de letrados del exdirector general. Para que le represente en la instrucción de otra de las causas que acaba de reabrirse, la que investiga si la CAM financió compra de suelo con la que sus socios obtuvieron pingües plusvalías mientras la entidad no veía un euro, ha recurrido al abogado que desde el inicio de la investigación defiende a los empresarios de Benidorm Juan Ferri y José Baldó en el proceso de los negocios del Caribe, el penalista Esteban Mestre.
Para el juicio que comienza el lunes está previsto que le asista Frigols, del bufete de Boix, mientras el penalista está metido de lleno ahora, entre otros casos, en la defensa de Maje, la enfermera de Aspe encarcelada por el asesinato de su marido, un ingeniero de Novelda.
