n Como un cero a la izquierda se dibujó el expresidente de la CAM Modesto Crespo en el juicio por el presunto falseo de las cuentas de la CAM que se celebró el año pasado en la Audiencia Nacional. Un proceso en el que se enfrentaba a una petición de pena de más de diez años de prisión y que se saldó con la absolución para el empresario ilicitano tras no ver motivos el fiscal para acusarle y retirar los cargos en el último momento el Fondo de Garantía de Depósitos. En esa causa sólo mantuvo la acusación la Fundación CAM, que precisamente anteayer presentó un escrito en el que comunicaba que se apartaba del procedimiento de las dietas del expresidente dejando la defensa de sus intereses en manos del fiscal.

En la denominada pieza principal de las abiertas por la gestión de la CAM el empresario ilicitano minimizó su papel en la presidencia hasta el punto de declarar ante el tribunal que mientras se estaba negociando la fusión de la CAM con Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura su función consistió en acompañar a las mujeres de los directivos a comprar zapatos y bolsos a los outlets del parque empresarial.

Un perfil bajo que contrasta con el contenido de los escritos de defensa que ha ido presentando a lo largo de la instrucción del proceso de las dietas, alegatos en los que ha enfatizado su papel al frente de la participada Tinser Cartera, por el que se embolsó 600.000 euros en dos años.

En contraste con su rol de acompañante de mujeres en busca de chollos del que hizo uso en la causa del falseo, en la de las dietas Crespo ha sacado pecho esgrimiendo su currículum como empresario y como representante de entidades empresariales como Coepa o la Institución Ferial Alicantina. Y ha mantenido que su papel fue determinante para el curso de la mercantil.