El Banco Central Europeo (BCE) cree que una importante escalada de las tensiones comerciales podría «descarrilar» la recuperación en curso a nivel mundial, pues el impacto sobre el comercio y la producción sería «claramente negativo», según indicó el organismo en un documento elaborado por Lucia Quaglietti.

La institución presidida por Mario Draghi cree que un escenario en el cual Estados Unidos aumentara de forma brusca los aranceles sobre los bienes importados de todos los socios comerciales y que, a su vez, estos tomasen medidas de represalia simétricas en su contra, provocaría un impacto «claramente negativo» sobre la economía y, particularmente severo, para EE UU.

Según explicó el BCE, el impacto concreto sobre cada país dependerá, principalmente, de su tamaño, el grado de apertura y la intensidad comercial con el país que impone aranceles. Así, los países con relaciones comerciales más estrechas con EE UU serían los más afectados, mientras que su participación en las cadenas de valor mundiales podrían ampliar aún más los efectos. En este sentido, el instituto emisor señala que solo unas pocas economías abiertas con una débil exposición al país que aplica el arancel podrían beneficiarse de los efectos de la desviación del comercio, ya que ganarían competitividad en terceros mercados.

Costes de producción

El impacto de la escalada de las tensiones comerciales se observaría en los precios a la importación, que serían más elevados y podrían aumentar los costes de producción de las empresas al reducir el poder adquisitivo de los hogares, especialmente si los bienes nacionales e importados no pueden sustituirse entre sí fácilmente. Todo esto, de igual forma, tendría un efecto contagio sobre el consumo, la inversión y el empleo. Una escalada de las tensiones comerciales «alimentaría» la incertidumbre económica, provocando que los consumidores demoren el gasto y las empresas pospongan sus decisiones de inversión, mientras que en los mercados se podría dar una reducción de la exposición a acciones, caída del crédito y la exigencia de una mayor compensación al riesgo. En las últimas semanas el riesgo por un empeoramiento de las tensiones comerciales ha aumentado debido a los aranceles anunciados por la Administración de Donald Trump.

A finales de marzo, el presidente de EE UU firmó una orden de ley con la que imponer aranceles del 25% sobre el acero importado y del 10% sobre el aluminio, aunque se concedieron exenciones a varias economías, incluida la UE, pero de carácter temporal. China respondió con la promesa de aumentar los aranceles hasta el valor de 3.000 millones de dólares sobre las importaciones estadounidenses, mientras que EEUU amenazó con unos aranceles adicionales valorados en 50.000 millones de dólares para los productos chinos.