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Cuándo ceder el control de la empresa

Fundamentalmente porque la cesión de la gestión se puede modificar, o incluso revertir, mientras que en la cesión del control (de las acciones) de la empresa no hay vuelta atrás

Cuándo ceder el control de la empresa

Hablar de empresa familiar es hablar del monotema de la sucesión. Existen miles de fuentes acreditadas a través de investigaciones, ensayos, artículos y libros que abordan este asunto. La realidad es que no hay una receta universal. Lo que sucede es que siempre se habla de la cesión de la gestión de la empresa, y pocas veces de la cesión del control de la sociedad. Que no es lo mismo.

Fundamentalmente porque la cesión de la gestión se puede modificar, o incluso revertir, mientras que en la cesión del control (de las acciones) de la empresa no hay vuelta atrás. Técnicamente, para transmitir el control de la empresa hay muchas formas de hacerlo.

Pero hay problemas o situaciones que pueden surgir posteriormente en los que no existe una respuesta en la ley. Siempre se ha dicho que uno elige a sus amigos, pero no a sus hermanos: nos tocan. Lo mismo sucede con los socios y los hijos, los primeros se escogen, los segundos no.

Una de las tragedias más famosas escritas por William Shakespeare es «El Rey Lear», basada en un cuento popular de la Inglaterra del siglo XII. Muy resumidamente, el argumento de la obra consiste en que el rey Lear, viejo y cansado, decide entregar el reino a sus tres hijas, Gonerilda, Regania, y Cordelia, y así empezar a llevar una vida tranquila.

Para ello reparte el reino en partes iguales entre sus hijas. Sin embargo, esto resulta ser una mala decisión, ya que el rey se verá inmediatamente maltratado y abandonado por ellas. Lear acaba sobreviviendo en una cueva, volviéndose loco y finalmente muere sólo.

Es un hecho que habiendo recibido todos los hijos la misma educación y oportunidades, cada hijo es diferente. Sólo tenemos que compararnos con nuestros hermanos para ver que es así. Cada hijo tiene unas expectativas y necesidades vitales distintas.

Por ello, y en caso de que pueda haber alguna duda sobre el futuro, el derecho recoge una serie de fórmulas que minimizan el riesgo, o que matizan la intensidad de la cesión.

Así podemos encontrarnos con acciones sin derecho a voto, régimen de prestaciones accesorias, usufructo sobre las acciones, o modificar el régimen de gobierno de la sociedad. Cada empresa, cada familia, es un mundo.

También está la opción donde el fundador no cede el control de la sociedad «inter-vivos», y aunque no esté en la gestión, sigue siendo el dueño. ¿Esto es comprar el cariño de sus hijos? Bueno, no sé, pero es una opción que añadir a las que recoger el derecho mercantil. Que se lo digan a Lear.

Leer la obra de Shakespeare es un poco tedioso porque se trata de una obra de teatro. La película dirigida por Akira Kurosawa «Ran» (en japonés significa caos) cuenta la misma historia del rey Lear, en la figura del señor de la guerra Hidetora Ichimonji que decide abdicar es sus tres hijos. (Spoiler) El final es el mismo.

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