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Los promotores alicantinos buscan nuevos clientes en Islandia y Polonia

Provia apuesta por diversificar mercados para mantener el aumento de las ventas de viviendas a extranjeros, que representan un 65% del mercado de obra nueva

Una excavadora inicia los trabajos de una nueva promoción en la Playa de San Juan. jose navarro

Aunque británicos, belgas y nórdicos siguen siendo los principales compradores extranjeros de viviendas en la Costa Blanca, los promotores alicantinos cada vez tienen más claro que la clave para anticiparse a futuras crisis es diversificar al máximo sus mercados para no depender en exceso de ninguno de ellos. Una estrategia que, por ejemplo, ya se ha mostrado eficaz para atenuar los efectos del Brexit. Por eso, para este año desde Provia han decidido centrar sus esfuerzos de promoción en dos mercados emergentes donde han detectado las condiciones idóneas para captar nuevos clientes: Islandia y Polonia.

«Está claro que no vamos a lograr las cifras del Reino Unido pero vemos muchas posibilidades de hacer negocio», asegura el secretario general de esta organización, Jesualdo Ros. En el caso de la isla situada en el Atlántico Norte, a pesar de contar con una población relativamente pequeña -el conjunto del país tiene 330.000 habitantes, los mismos que la ciudad de Alicante- los promotores han constatado un notable interés por comprar segundas residencias en el extranjero. «Hablamos de un país con un clima frío y con un nivel económico relativamente elevado, que ve en la provincia un destino con mucha calidad de vida, y a precios razonables, donde poder pasar largas temporadas o tener una segunda residencia», señala Ros.

Buena prueba del interés de los islandeses por Alicante es el hecho de que El Altet sea uno de los aeropuertos españoles mejor comunicados con Reikiavik, con cuatro conexiones semanales en temporada baja y enlaces diarios a partir de Semana Santa.

Por su parte, desde Provia señalan el importante avance que ha experimentado Polonia desde su entrada en la UE, con unas clases medias cada vez más extensas, que siguen el ejemplo de sus vecinos alemanes y ven en la adquisición de una vivienda en el Mediterráneo un símbolo de status.

La influencia rusa

Junto a estos dos mercados que son los «objetivos prioritarios» para este ejercicio, según Jesualdo Ros, los promotores alicantinos también empezarán a trabajar otros destinos algo más alejados de cara al medio plazo. En este caso, los empresarios han puesto la diana en Kazajistan y Turquía. Como recuerda Ros, a pesar de que suene más exótica, el primero de ellos no deja de ser una antigua república soviética, donde la influencia rusa sigue siendo muy notable, por lo que la intención es aprovechar la buena imagen que ya tiene la Costa Blanca entre los rusos.

Más atrevida es la apuesta por Turquía, si se tiene en cuenta que este país es uno de los grandes competidores del turismo español en el Mediterráneo. Sin embargo, los empresarios alicantinos han puesto su objetivo en las clases altas de este país, que ya están comprando propiedades en otras zonas de España, como la Costa del Sol.

En expansión

El interés de los promotores locales por abrir nuevos mercados es más que comprensible si se tiene en cuenta que más de la mitad de las viviendas que se vendieron el año pasado en la provincia las adquirieron compradores extranjeros, un porcentaje que todavía es mayor en el caso de los inmuebles de obra nueva. Así, en términos absolutos los extranjeros protagonizaron el 51% de las 41.684 compraventas de viviendas que se formalizaron en las notarías de Alicante y el 65% de las 4.842 ventas de casas de primera mano.

Si en épocas anteriores se optaba por las ferias como método de promoción, hace tiempo que en Provia apostó por los viajes de familiarización y, sobre todo, por la captación de agentes comerciales en cada uno de los países en los que quieren vender. Un sistema que, a la vista de los resultados, se ha mostrado muy eficaz. No en vano, Alicante ya acapara prácticamente una quinta parte de todas las viviendas que se venden en España a compradores extranjeros, y la provincia fue una de las primeras en que las ventas comenzaron a reactivarse tras la crisis.

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