? Como señala Santiago Bermell, la implantación de medidas para controlar el acceso a internet de los empleados a través de los ordenadores de empresa cada vez tienen menos sentido debido desde la llegada de los «smartphones», que permiten estar continuamente conectados. En este caso, el mayor temor de los empresarios es que sus subalternos pierdan buena parte de la jornada pegados a la pantalla del móvil. Sin embargo, la normativa permite que las compañías prohíban su uso durante las horas de trabajo e, incluso, que lo puedan llevar encima.