Aunque lo normal es recibir el dinero en unas pocas semanas, en toda la provincia todavía hay más de 17.000 contribuyentes que aún no han cobrado la devolución que, según sus cálculos, les correspondía en su última declaración de la renta. Una situación que, para los más afortunados, supondrá que podrán cobrar intereses de demora por el retraso sufrido a partir del 1 de enero pero que, en la mayoría de los casos, significa que la Agencia Tributaria ha decidido revisar la declaración porque no está de acuerdo con el resultado.
Lo normal es que a estas alturas quienes son objeto de comprobación por parte de Hacienda ya conozcan el motivo de la demora aunque aún puede haber contribuyentes que no hayan recibido la notificación porque se envió a última hora, porque no tengan actualizada su dirección o, simplemente, porque haya habido un fallo de reparto, aunque son los menos.
En cualquier caso, el balance que realiza la Agencia Tributaria cada final de año - de dónde se obtiene el número de devoluciones pendientes- no discrimina entre quienes son objeto de una revisión y los que, simplemente, sufren la demora de la Administración. Según este balance, en la última campaña se presentaron en la provincia 725.789 declaraciones de la renta, de las que 496.189 salían a devolver. De estas últimas, a 29 de diciembre pasado ya se habían abonado 479.023, lo que deja un total de 17.166 contribuyentes que siguen sin cobrar y a los que Hacienda les debería -al menos sobre el papel- unos 25,3 millones de euros. Aunque puedan parecer muchos afectados, la realidad es que son menos que el año pasado, cuando al finalizar el ejercicio todavía había más de 20.000 alicantinos que no habían recibido su devolución.
Sea como fuere, lo cierto es que la cantidad final que acabará pagando la Agencia Tributaria también será bastante menor a la citada ya que, como confirman desde este organismo, en la mayoría de estos casos se trata de declaraciones en las que Hacienda considera que el importe de la devolución es excesivo o que, incluso, en realidad, deberían salir a pagar.
«Lo que hace la Agencia Tributaria es buscar discrepancias entre los datos que ella tiene y los que declaran los contribuyentes. Cuando detectan alguna diferencia, ponen la declaración en revisión y se retiene la devolución», explica el secretario general del sindicato Gestha, José María Mollinedo, que recuerda que el resultado de estas comprobaciones no siempre es desfavorable para el contribuyente. «En ocasiones, simplemente, Hacienda no dispone de la información que justifique determinada deducción y basta con presentar la factura o el documento que lo acredite», señala el experto.
Claro que lo más habitual es que la Administración inicie el procedimiento porque haya detectado algún ingreso no declarado, como ocurrió con muchos contribuyentes que no incluyeron en sus declaraciones las ayudas del plan PIVE o con aquellos que no declaran los ingresos por alquiler.
Mollinedo también recuerda que haber cobrado ya la devolución no implica que se esté a salvo de una posible revisión por parte de Hacienda. «En principio se retienen todas las discrepancias pero si consideran que no va a dar tiempo a tramitarlas se liberan antes de final año las de menor importe para evitar el posible pago de intereses de demora. Pero después pueden reclamar al contribuyente la cantidad que se considere que ha recibido de más», asegura el secretario general de Gestha.
Y es que en el caso de las demoras no justificadas la Agencia Tributaria está obligada a abonar intereses a partir de los seis meses del cierre de campaña, es decir, a partir del 1 de enero. Unos intereses que en los últimos Presupuestos Generales del Estado se fijaron en el 3,75% anual. Lógico que la Administración trate de evitarlo.
