Reformados sus estatutos, la Confederación Valenciana de Empresarios (CEV), enfila en estos primeros meses de 2018 los últimos pasos para quedar plenamente transformada en la patronal autonómica. El calendario, según ha podido saber este diario, comporta un cambio significativo respecto del diseño inicial: la organización adelanta a marzo la asamblea que reelegirá a Salvador Navarro como presidente. En un principio, la idea es que el citado cónclave se celebrara este verano y que en marzo tuviera lugar otro donde se elegiría a los restantes órganos de gobierno. Las fuentes consultadas aseguran que el propósito era que concurriera el mayor número de afiliados a la ratificación de Navarro. Sin embargo, se producía un déficit democrático, en el sentido de que todos los dirigentes de la organización estarían avalados por la asamblea excepto el presidente. De ahí que la renovación de este se adelante a marzo. La asamblea está integrada por los 450 vocales que tenía la CEV antes de convertirse en autonómica más los que se han ido añadiendo conforme se incorporaban a la organización federaciones y asociaciones de Alicante y Castellón. Conviene recordar que el cambio de la CEV se produjo tras la liquidación el año pasado de la autonómica Cierval, ahogada por las deudas de las provinciales de Castellón (CEC) y Alicante (Coepa). Esta última decidió acudir a la liquidación en diciembre, dada su situación económica, y la primera probablemente siga el mismo camino este año. La CEV tiene previsto que haya nuevas incorporaciones de Alicante y Castellón.
En la reunión de febrero se convocará la asamblea electoral de marzo. Navarro encabezará la lista a la junta directiva, que es la que tendrá que aprobar en primera instancia la asamblea. Los nuevos estatutos contemplan que este órgano estará integrado por hasta cien miembros, si bien las fuentes consultadas dudan que se llegue a un número tan extenso. En cualquier caso, de esa lista surgirá el ejecutivo, que estará integrado por 25 vocales, de los cuales 12 corresponden a Valencia y los otros trece, la mayoría, se los reparten Castellón (5) y Alicante (8).
Para dar voz a las provincias, los nuevos estatutos de la CEV prevén la creación de unos consejos en cada una de las tres demarcaciones. No tendrán estructura propia y estarán integrados por los vocales de cada provincia en la junta. Durante la asamblea, se colocarán tres urnas para que sus respectivos vocales elijan al presidente de su consejo, quien se convertirá asimismo en uno de los vicepresidentes de la patronal autonómica.
En consecuencia, los «portavoces» de la CEV en Valencia, Alicante y Castellón deberán contar con el visto bueno previo de Navarro, dado que tendrán que formar parte de la lista que este encabece a la directiva. Se trata, además, de una fórmula que hace muy difícil la presentación de candidaturas alternativas, dado el elevado número que habría que sumar al proyecto. Además, no se prevé una situación así.
