El proceso de reducción de estructura por parte de la banca es incesante, tanto es así que en lo que llevamos de año estas entidades han cerrado casi una oficina al día en la Comunidad, según el anuario del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) correspondiente a junio de 2017. En los seis primeros meses del año, las clausuras han sido de 150, repartidas en 67 en el primer trimestre y 83 en el segundo. En la autonomía ya solo quedan 2.782 sucursales bancarias, casi la mitad de las 5.061 que había a finales de 2008, cuando se alcanzó el máximo en el momento en que la crisis económica mostró toda su dimensión. La citada cifra equivale justo al 10% de las 27.810 que quedan en España.

En el segundo trimestre del año, la reducción de oficinas en todo el país fue de 430, lo que implica que las 83 de la Comunidad Valenciana representan un 19,3% del total. Es una tendencia que debería ir a más en los próximos meses si tenemos en cuenta que están pendientes los ajustes fruto de las absorciones del Popular por el Santander y de Banco Mare Nostrum por Bankia. En el caso de Alicante, en el segundo trimestre del año ha visto cómo se cerraban 54 sucursales bancarias, más de la mitad de todas las clausuradas en la Comunidad Valenciana. Además, ya está por debajo de los mil establecimientos, en concreto 980.

Así las cosas, los cierres acumulados en los seis primeros meses del año en la autonomía auguran que 2017 será el año con más recortes en este ámbito desde 2013, el ejercicio que vivió los duros ajustes de la reconversión de Bankia, la red de la CAM y el Banco de Valencia.