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Alicante

La cosecha de uva para vino se reduce un 20% por los efectos de la sequía

La vendimia tuvo que adelantarse un mes en la provincia para evitar daños en el fruto

Imagen de archivo de la vendimina en el Vinalopó. ernesto sánchez

Los viticultores alicantinos ya preveían a comienzos de la campaña que este año la cosecha de uva para vino se vería reducida por los efectos de la sequía, una circunstancia que les obligó a adelantar la vendimia. De forma extraordinaria, en algunas zonas bodegueras de la provincia la recogida comenzó a finales de julio, un mes antes de lo habitual, para evitar daños en el fruto.

Ahora, aquellas previsiones de una merma de la producción se han confirmado. El balance facilitado ayer por la denominación de origen Vinos de Alicante refleja que los 26.332.072 kilos de uva para vinificación recogidos por las bodegas provinciales adscritas al Consejo Regulador representan un descenso de casi un 20% (19,15%), en relación a la campaña anterior, según datos facilitados por la denominación de origen, que ampara una superficie de 10.378 hectáreas.

No obstante, el ente regulador -al que se acogen 39 bodegas alicantinas- señala que este descenso es una «variación normalizada en la zona, donde a un año de más kilos le sucede otro con menos producción».

Aun así, la campaña que el sector vitivinícola alicantino acaba de cerrar ha sido atípica, marcada por la sequía y el calor. La recolección comenzaba con anticipación, sobre todo en la zona del Vinalopó, donde se iniciaba a finales de julio la recogida de las variedades blancas y en las primeras semanas ya cortaba las tintas. Al final, en el conjunto de la provincia, la vendimia se extendió hasta la primera quincena de octubre.

El calor y la sequía son los factores que han caracterizado esta campaña y han propiciado un aumento en «30 décimas» de la graduación, que se ha situado en 13,67º, según explican fuentes del Consejo. Esta variación y el hecho de que se ha favorecido «una buena maduración, anticipan la elaboración de muy buenos vinos y mayores posibilidades para los enólogos en bodegas: desde mayores tiempos de crianza, fermentaciones adecuadas, etc.», añadían en el ente regulador.

Una buena añada

Ya a comienzos de la vendimia, algunos bodegueros provinciales advertían la complejidad y los retos que supondría esta campaña para los técnicos por los efectos del calor y la sequía sobre la uva, el «estrés hídrico». Hablaban de complejidad a la hora de captar elementos como los taninos, los aromas o los polifenoles. Pero, al mismo tiempo, consideraban que estos retos podrían, al final, permitir lograr una buena añada, con caldos de una de las mejores calidades de los últimos años.

Por otra parte, el retroceso de la cosecha afecta más al área del Vinalopó, que es la que aglutina la mayoría de la producción. Y dentro de esta zona, en el Medio Vinalopó el descenso ha sido mayor que en la parte Alta «debido a algún episodio puntual como el granizo en Algueña. Pero la calidad de las variedades garnacha, syrah o monastrell han sido muy buenas», inciden en la denominación de origen. En la Maria Alta, sin embargo, la bajada de la cosecha apenas llega a un 1%. En esta zona vitivinícola de la provincia se ha recogido alrededor del 11% de la producción de esta campaña entre sus seis bodegas amparadas bajo la marca protegida, informan las mismas fuentes del ente regulador.

Registro de uva madura

Otro de los parámetros que el Consejo viene recogiendo en los últimos años es el de la recogida de uva madura o sobremadurada, «ideal para vinos añejos y Fondillón», apuntan. Algunas bodegas vienen informando a la denominación de esta cosecha. Aunque no hay datos cuantificados por ser recolecciones pequeñas, sí suponen una variable más que habla de la calidad de los vinos que se elaboran en la provincia. Además, según explican en el Consejo Regulador, es una cosecha que implica «dificultad», ya que se espera a que la uva esté madura o sobremadurada, lo que no está exento de «riesgo» porque se tiene que cortar en el momento preciso para que el estado de la uva sea el que requiere el tipo de vino que se quiere elaborar.

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