Aplausos en la calle y también en un Auditorio de la Diputación abarrotado hasta la bandera por los responsables de las principales empresas españolas. Los más de 1.500 ejecutivos que ayer participaron en Alicante en el XVI Congreso de la Confederación Española de Directivos (CEDE) dejaron claro su apoyo a la figura de Felipe VI al recibir al monarca, encargado de clausurar la jornada, con una larguísima ovación que acompañaron con gritos de «¡Viva el Rey!», en un claro gesto de respaldo al papel que ha jugado en el conflicto catalán, donde el jefe del Estado se ha mostrado inflexible en la defensa de la Constitución.

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Una intencionalidad en los aplausos que reconocían al finalizar el acto muchos de los asistentes, que no ocultaban su satisfacción por la firmeza mostrada por Felipe VI. Y es que, aunque el lema del encuentro coorganizado por el Círculo de Economía de Alicante era «Oportunidades y Riesgos del Directivo en la Sociedad Digital», el desafío soberanista planeó ayer durante todo el evento, fruto de la preocupación que los empresarios tienen sobre las consecuencias de este proceso.

No en vano, en el ADDA se citaron ayer muchos responsables de compañías que han tenido que trasladar su domicilio social ante la inseguridad jurídica que se generó tras el referéndum del pasado 1 de octubre. Entre ellos, el presidente de Freixenet, José Luis Bonet, que fue uno de los más aplaudidos del día cuando reclamó una «gran demostración de fraternidad» para recomponer las relaciones entre Cataluña y España, o el propio presidente de CEDE y también de la Fundación Bancaria la Caixa y de Gas Natural, Isidre Fainé.

Presidencia de Honor

La buena imagen del Rey entre los empresarios también quedó patente cuando Fainé le ofreció la presidencia de Honor de la Confederación y todo el auditorio volvió a ponerse en pie para arroparle. Un gesto que Felipe VI agradeció, antes de aceptar el nombramiento. A pesar de que el asunto se respiraba en el ambiente, ni el presidente de CEDE ni el propio Rey citaron en ningún momento a Cataluña durante sus intervenciones. Eso sí, el monarca tuvo varios guiños en este sentido.

Así, señaló que empresarios y directivos son «una de las columnas vertebrales» del país y les agradeció su «apuesta y confianza en España». «La sociedad española os necesita. Necesita de vuestro sentido de la responsabilidad, de vuestra tarea diaria decisiva, de vuestra influencia, de vuestro liderazgo y de vuestro compromiso», aseguró para devolver los halagos que había recibido en forma de aplausos. Del mismo modo, durante su intervención también realizó una apelación genérica a la unidad y la colaboración frente a quienes se plantean el futuro en solitario, en otra alusión velada al conflicto catalán. «El desarrollo y el progreso en las sociedades actuales claramente alcanzan cotas de mayor éxito cuando aplican fórmulas de colaboración; pues no parece que hoy lo más acertado sea tratar de encarar el futuro desde una perspectiva estrictamente individual», apuntó, antes de centrarse en el tema del congreso, el desafío que supone para la empresas el avance de la sociedad digital.

Al finalizar, se repitió la ovación y los asistentes despidieron al Rey con nuevos «vivas». Ya en la calle, el monarca decidió saltarse el protocolo para saludar al público congregado, que también le vitoreaba.

«Seguridad jurídica»

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aprovechó su intervención en la clausura del congreso de CEDE para destacar la «seguridad jurídica» que ofrece la Comunidad Valenciana para la implantación y desarrollo de proyectos empresariales, una terminología que ya empleó cuando CaixaBank y el Sabadell anunciaron el traslado de sus sedes sociales a la autonomía, precisamente, por la falta de esta seguridad en Cataluña.

Sin citar en ningún momento a la autonomía vecina directamente, el jefe del Consell también lamentó que «se ha perdido mucho tiempo en debates estériles en los últimos tiempos», en clara alusión al conflicto soberanista, «en lugar de hablar de cuestiones importantes». A su juicio, la prioridad debería estar centrada en cerrar la brecha social que se abrió con la crisis y en realizar las reformas necesarias para sumarse al proceso de digitalización.

Al respecto, señaló que Alicante «es uno de los mejores entornos para hablar de la sociedad digital», gracias a la presencia de la Oficina Europea de Propiedad Intelectual, de la Agencia Valenciana de la Innovación o, próximamente, o del distrito digital que el Ejecutivo autonómico quiere impulsar en Ciudad de la Luz.

En cuanto a Isidre Fainé, el presidente de CEDE quiso centrar su discurso exclusivamente en los asuntos económicos. El también máximo responsable de la Caixa reclamó un «cambio de tercio» en la política económica para acabar con las «bolsas de pobreza inaceptables» que ha dejado la crisis. A su juicio, tras unos años centrados en solucionar los problemas macroeconómicos, es el momento de «priorizar otros ámbitos, como la buena calidad del sistema educativo; el correcto funcionamiento del mercado laboral; la regulación adecuada de la competencia entre las empresas y el diseño acertado del sistema tributario». También abogó por potenciar la cultura del emprendimiento para facilitar la adaptación a la nueva realidad digital.

El XVI Congreso de Directivos que ayer acogió Alicante ha sido uno de los de mayor participación de los que ha celebrado la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), de la que forma parte del Círculo de Economía de Alicante, con más de 1.500 inscritos, además de otros 300 estudiantes que participaron en las jornadas paralelas. En las ponencias han participado los responsables de firmas como Caixabank, Bankinter, Volkswagen, Telefónica, Deloitte, KPMG, Hotusa, El Corte Inglés o HP, entre otros.