El presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, urgió ayer a completar la unión bancaria de la zona euro para prevenir nuevas crisis como la que entre los años 2011 y 2013 puso en jaque a la moneda única. Así, entre otras cosas, Roldán abogó por incrementar la regulación común a todos los países de los diferentes aspectos que conforman el negocio financiero, entre los que citó expresamente el caso de las hipotecas, por el peso que tiene este producto en el negocio de la mayoría de entidades.

«Si regulamos las hipotecas estaríamos homogeneizando la parte más importante del balance de los bancos en toda la eurozona», señaló el portavoz de la patronal bancaria, que ayer participó como conferenciante en las XXXII Jornadas sobre Economía Española que organiza el Instituto de Economía Internacional de la UA y que este año han estado dedicadas al proceso de construcción europea.

Una propuesta que se produce después de que el pasado viernes el Consejo de Ministros aprobara la nueva Ley Hipotecaria española, una normativa que el Gobierno se ha visto obligado a cambiar tras los varapalos de la justicia europea a la normativa que hasta ahora regía en el país al considerarla abusiva, aunque Roldán no citó este aspecto durante su intervención.

Coste para las pymes

El que fuera director general de Regulación y Estabilidad Financiera del Banco de España sí advirtió, en cualquier caso, de las graves consecuencias que acarrearía dejar incompleto este proceso de integración a nivel continental. «Lo que está en juego es la competitividad de las empresas», recalcó, antes de recordar que fue la falta de esta unión bancaria lo que provocó que durante la crisis las pymes españolas tuvieran que pagar sus créditos hasta siete puntos porcentuales más caros que las alemanas. Un coste que lastró la actividad de muchas de ellas y que contribuyó a agravar la crisis económica. «No nos podemos permitir no hacer nada», insistió el portavoz de la AEB.

En este sentido, Roldán destacó que una de las principales fortalezas de la Unión Europea es que sabe reaccionar con contundencia cuando se produce una crisis, como ocurrió en la última ocasión, en la que fue capaz de poner en marcha el proceso de unión bancaria que atajó la descomposición del euro apenas «a medio metro del precipicio». Pero, al mismo tiempo, lamentó la falta de avances significativos una vez que se ha superado lo peor de la recesión, lo que puede provocar que la situación se repita.

El máximo dirigente de la AEB recordó que el origen del problema y lo que ocasionó que la crisis de deuda soberana de los países se contagiara a sus sistemas financiero fue la estructura «altamente deficiente» con la que se puso en marcha la moneda única. Así, cuando se produjo la crisis «quedó claro que un euro de Malta no valía no lo mismo que un euro de España o que un euro depositado en un banco alemán», lo que se tradujo también en el citado sobreprecio de hasta siete puntos que tuvieron que pagar las pymes españolas por sus créditos, ante los mayores costes de los bancos nacionales para obtener recursos.

A su juicio, finalizar el proceso de unión bancaria evitaría que el euro corriera de nuevo este riesgo. En este sentido, instó a reforzar la supervisión del BCE con un mayor volumen de regulación financiera común. Del mismo modo, consideró «más urgente que nunca» completar la unidad del mercado de capitales ante la inminencia del Brexit, que precisamente dejará fuera de la UE la principal plaza actual. Por último, consideró clave lograr un Fondo de Garantía de Depósitos común «completamente mutualizado» para todas las entidades del continente, para evitar nuevas distorsiones. En este sentido, aunque lamentó la falta de avances en los últimos tiempos, también se mostró esperanzado con el hecho de que se haya reactivado el eje franco-alemán en la UE, tras la victoria de Macron en el país vecino. «A todos nos va mejor cuando este eje está engrasado», aseguró el experto.