Seis años después de la desaparición de la CAM, la ciudad de Alicante volverá a ser la sede de una entidad financiera. Al menos, sobre el papel. El consejo de administración de Banco Sabadell aprobó ayer el traslado de su domicilio social a la antigua sede de la caja alicantina -en la avenida de Óscar Esplá- para poner fin al prolongado castigo que estaba sufriendo en los mercados por la situación de Cataluña y la intranquilidad que se había generado entre los depositantes.

Fiel a su estilo de atajar cuanto antes los problemas -los ejecutivos del banco suelen decir que prefieren ponerse una vez colorados que ciento amarillos-, la entidad no ha querido esperar a que la Generalitat cumpla con su amenaza de declarar unilateralmente la independencia para tomar la decisión, y garantizarse así que seguirá dentro de la zona euro, bajo el amparo del BCE y del Banco de España, ocurra lo que ocurra. Un traslado de domicilio social que también asegura que el dinero de sus clientes seguirá protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos.

La entidad llegó a barajar hasta tres posibles destinos: Madrid, donde ya tiene un centro operativo; Oviedo, donde tenía su sede el Banco Herrero -una de las entidades que el Sabadell ha absorbido en los últimos año-, y Alicante, donde cuenta con una importante infraestructura repartida por los distintos edificios que en su día ocuparon los servicios centrales de la CAM.

Desde el banco descartaron rápidamente el traslado a la capital del Estado para evitar que el movimiento pudiera entenderse en clave política, como un posicionamiento contra el proceso independentista -al fin y al cabo, seguirá teniendo una parte importante de su negocio y la sede operativa en Cataluña-, y se escogió Alicante por sus vínculos «afectivos», al tratarse de la ciudad que albergaba la sede de la CAM pero también por estar ubicada en el Arco Mediterráneo y en una zona con vículos culturales con Cataluña. No hay que perder de vista que, si Caixabank opta por la misma solución, muy probablemente se irá a Baleares o a València.

Además, hay que tener en cuenta que la entidad ya eligió Alicante para ubicar la sede de su inmobiliaria, Solvia, y que, por ejemplo, en el edificio que tiene en el polígono de Agua Amarga se realiza el «back up» -las copias de seguridad- de todos los datos del banco.

Sin traslado de personal

En cualquier caso, desde el Sabadell también dejan claro que únicamente cambian el domicilio social para garantizarse la permanencia en la zona euro, pero que la sede operativa y sus servicios centrales continuarán en Barcelona y, sobre todo, en el gigantesco centro operativo que tiene en Sant Cugat. Eso sí, el cambio comportará que el banco deberá abonar a partir de ahora sus tributos en la Comunidad Valenciana, aunque la repercusión sobre las finanzas del Consell o del Ayuntamiento de Alicante será limitada ya que el principal impuesto que pagan los bancos -el de Sociedades, por el que el año pasado el Sabadell desembolsó 277 millones-, es de carácter estatal. Además, las juntas de accionistas se celebrarán aquí.

Sea como fuere, como ayer se encargaron de destacar los principales representantes empresariales y políticos de la zona, la elección de Alicante supone un importante espaldarazo para la imagen de la provincia y el conjunto de la Comunidad Valenciana, vuelve a situar a la ciudad en el mapa financiero y podría propiciar la llegada de otras inversiones. En cualquier caso, habrá que esperar para conocer los auténticos beneficios que reportará este cambio.

El modelo de Bankia o Santander

Lo que sí es cierto es que el Sabadell no es el primer banco que tendrá su domicilio social separado de su sede operativa. Bankia, por ejemplo, ya funciona así puesto que sus servicios centrales están en Madrid pero su sede social se mantiene en València, donde celebra sus juntas de accionistas. Algo similar ocurre con el Santander, que mantiene su dirección en el Paseo de Pereda de la capital cántabra, aunque en la práctica toda su operativa esté en Madrid.

La decisión del Sabadell se produce después de que en sólo 48 horas la entidad hubiera perdido casi mil millones de capitalización -alrededor de un 10% de su valor- tras el reféndum ilegal celebrado en Cataluña y ante el temor a las consecuencias de una declaración unilateral de independencia por parte de la Generalitat. Pero, sobre todo, ante la intranquilidad de muchos de sus depositantes.

Fuentes del banco presidido por Josep Oliu reconocían ayer que las consultas de los ahorradores se habían disparado estos días y que existía riesgo de fuga de depósitos, aunque sostienen que, hasta la fecha, sólo se habían dado retiradas puntuales. En cualquier caso, en la mente de todos sigue muy presente lo ocurrido con el Popular, que tuvo que solicitar su intervención tras quedarse sin liquidez, aunque la situación de una y otra entidad no son en absoluto comparables.

Los ejecutivos del banco llevaban ya tiempo preparándose para esta eventualidad e incluso habían propiciado un cambio en sus estatutos para autorizar al consejo de administración a modificar el domicilio social sin necesidad de pasar de nuevo por la junta de accionistas. No en vano, desde hace más de tres años se veían obligados a responder preguntas sobre la situación catalana en cada una de sus comparecencias públicas. La última este mismo miércoles, cuando el propio Oliu se mostró muy contundente y aseguró que tomarían las medidas que fueran necesarias para proteger a los accionistas, depositantes y empleados de la entidad.

Sin embargo, sus palabras no fueron suficientes para tranquilizar a ninguno de estos colectivos ante la escalada del conflicto en Cataluña. Tampoco ayudó que un broker anunciara que retiraba sus cuentas del banco ante el temor a lo que pudiera ocurrir.

Así las cosas, el presidente del Sabadell convocaba ayer al consejo y, en una reunión que se prolongó durante varias horas, acabó aprobando el traslado de su domicilio social a Alicante. Simplemente el anuncio de la reunión bastó para que la entidad se revalorizara más de un 6% en la Bolsa.

Tras la numerosas adquisiciones que ha realizado en los últimos años, el Banco Sabadell ya es la cuarta entidad española por volumen de activos y cuenta con un 30% de su negocio en el extranjero.

Cataluña apenas representa el 15% de su negocio total, según las cifras de la entidad.