Las empresas familiares son ciertamente optimistas sobre el futuro de la economía española y de las propias mercantiles. Nunca desde el inicio de la crisis en 2008 habían puntuado con una nota tan alta su percepción de la situación económica en la encuesta que el IEF, el instituto que agrupa a las compañías familiares más relevantes del país, publica durante su congreso anual. Ayer, el IEF se reunió en Toledo y sus asociados convinieron en poner un 6,22 sobre 9 a la coyuntura económica. Es casi un punto más que en 2016 (5,31) y dos más que en 2015 (4,26 ). Ya muy lejos queda el 2,32 de 2011, el ejercicio de mayor pesimismo en este colectivo.

El 82% de los consultados (por un 70% en 2016) cree que a corto y medio plazo se producirá en la economía española un moderado aumento de la actividad con una limitada creación neta de empleo. Las buenas expectativas se trasladan también a las propias empresas. Así, el 73% de todas -14 puntos más que en la encuesta de hace un año- espera un aumento de las ventas, mientras que solo el 3% prevé una disminución. Además, el 84% (dos enteros más que en 2016) traslada ese mismo optimismo a los próximos tres años. Respecto al empleo no hay tanta alegría. El 52% dice que incrementará sus plantillas (un 48% en 2016), pero sube del 8% al 10% el de quienes las reducirán. Ahora bien, cuando la pregunta abarca el tiempo a tres años vista, entonces el 68%, cinco puntos más que el año pasado, dice que elevará su cifra de trabajadores y se mantiene en el 7% el de las que la recortará.

Donde se produce un descenso entre un año y otro (del 80% al 78%) es cuando los consultados responden a si tienen previsto aumentar su inversión en España en 2018. Cuando se les pregunta por los próximos tres años, el porcentaje sube al 81%. Una inmensa mayoría -el 74%- no planea recurrir a formas de financiación distintas a las bancarias. Un 45%, frente al 64% del año pasado, asegura que ha conseguido mejores condiciones de financiación y el 25% no ha recurrido a la banca.

Menos internacionalizadas

Llama la atención que en un año haya subido del 18% al 22% el porcentaje de empresarios que contesta negativamente sobre el grado de internacionalización de su mercantil. El 24% vende en el exterior, el 25% tiene presencia comercial en el extranjero y el 29% produce fuera.

La encuesta también analiza la situación interna de la empresa y su relación con la familia. Así, desde el inicio de la crisis en 2008 ha aumentado el número de firmas que tienen un plan específico para formar a los familiares destinados a liderar la empresa. Del34% al 46%. Llama la atención que un 30 % de las consultadas confiese que la mercantil carece de directivos con suficientes conocimientos de idiomas como para trabajar en mercados de habla no hispana, aunque en 2007 ese porcentaje llegaba al 50%. Por último, los encuestados valoran con un 6,9 (un punto más) el nivel de formación de los jóvenes que se han incorporado a su empresa en los últimos años.