El reinado del diésel ha llegado a su fin. El escándalo sobre la manipulación de las emisiones y la preocupación por elevado nivel de contaminación que producen estos motores han acelerado un declive que se inició hace ya un par de años, cuando el consumo de los modelos de gasolina empezó a bajar y la diferencia de precios entre ambos carburantes cada vez compensaba menos el mayor coste de estos vehículos. Una tendencia que, si bien es generalizada en toda España y en Europa, aún es más evidente en Alicante debido el elevado peso que tiene en el conjunto de matriculaciones las compañías de alquiler de vehículos.

De esta forma, si en el conjunto del país los automóviles diésel aún son los más demandados -con un 49,4% de cuota de mercado en los ocho primeros meses del año, a pesar de la notable caída que han experimentado-, en Alicante el año pasado ya se vendieron más coches de gasolina (51,8% del total de matriculaciones) que de gasóleo (46,4%) y la distancia no ha hecho más que agrandarse, de acuerdo con los datos facilitados por la asociación de concesionarios Faconauto.

Así, de los 49.897 automóviles matriculados en la provincia entre enero y agosto de 2017, sólo 18.522 fueron diésel, lo que supone un 14% menos que el ejercicio anterior y una cuota de mercado de apenas un 37,1%. Por el contrario, las matriculaciones de turismos de gasolina aumentaron un 24,61% en el mismo periodo, hasta los 30.053, lo que supuso el 60,2% de todas las operaciones.

Del mismo modo, también llama la atención el importante avance que experimentó la matriculación de vehículos híbridos, que se dispararon un 85,17%, al pasar de los 661 de hace un año a 1.224 del presente ejercicio, según las mismas fuentes. Además, se vendieron 25 coches totalmente eléctricos.

Desde Faconauto reconocen que el denominado «diéselgate» -la manipulación que realizó el grupo Volkswagen para ocultar el verdadero nivel de las emisiones de gases de sus motores- y las campañas de diversas ciudades europeas para limitar la circulación de los modelos más antiguos con el objetivo de frenar la contaminación «han contribuido a generar cierta mala imagen sobre la tecnología diésel», que está influyendo claramente en las ventas de estos vehículos. Una imagen que consideran «injusta» porque «los nuevos modelos han logrado rebajar notablemente estas emisiones».

En cualquier caso, desde la patronal consideran que, con independencia de que todo lo anterior haya acelerado el proceso, la clave de este regreso a la gasolina es el precio. «El coste del gasoil y la gasolina se ha equiparado mucho en los últimos años y ya no compensa de la misma forma el sobreprecio que tienen los modelos diésel». Un hecho que también corrobora el director comercial del concesionario Sala Hermanos de Alicante, Manuel Sánchez: «La tecnología ha evolucionado mucho y los nuevos motores de gasolina consumen muy poco, lo que hace más difícil justificar los 2.000 o los 2.500 euros de más que cuesta un diésel», asegura el profesional que, no obstante, señala que el gasóleo todavía sale rentable para los conductores que «vayan a meter al coche más de 30.000 kilómetros al año».

Al respecto, en Faconauto rechazan que los motores de gasóleo vayan a desaparecer a corto o medio plazo y pronostican un largo periodo de convivencia de todas las tecnologías, hasta que se imponga definitivamente el vehículo eléctrico.