La antigua fábrica de Coca-Cola de Alicante pronto será historia. Tres años después de que las instalaciones quedaran sin actividad -tras la fusión de las siete embotelladoras españolas del popular refresco, que supuso el cierre de cuatro factorías en total-, Coca-Cola European Partners ha iniciado los trabajos para desmantelar definitivamente las instalaciones con el objetivo de devolver los terrenos completamente despejados a su propietario, tal y como contemplaba el acuerdo de alquiler de los mismos.

De esta forma, la factoría dejará de formar parte del paisaje de la carretera de Ocaña en las próximas semanas, apenas unos meses después de cumplirse los 50 años de su inauguración oficial, celebrada el 7 de abril de 1967. Entonces, la apertura de la planta se consideró todo un símbolo de la modernización y la industrialización de la ciudad, como recogió la prensa de la época.

De momento, las piquetas ya han derribado por completo el anexo que se construyó en la década pasada en la parte trasera de la fábrica, que estaba destinado a almacén y carga de los camiones, y los operarios han vaciado también la nave principal para su demolición. Ayer mismo se retiraban algunos de los aparatos de aire acondicionado y ventilación que aún quedaban, tal y como pudo comprobar este diario, para facilitar la tarea. La compañía contaba con permiso municipal para el derribo desde el pasado marzo, según informa C. Pascual.

La demolición y allanamiento del solar, de más de 50.000 metros cuadrados, forma parte de las condiciones de arrendamiento pactadas entre la antigua Colebega y la titular de la parcela, que exigen la restitución de los terrenos a su condición original para facilitar su salida de nuevo al mercado. La propietaria del suelo es la sociedad Dosval, una compañía dedicada a las inversiones inmobiliarias vinculada a los Gómez-Trenor, la saga valenciana que también era la máxima accionista de Colebega y ahora es socio de referencia de Coca-Cola European Partners, aunque desde la citada firma insisten en que se trata de dos empresas completamente diferentes y con gestión separada.

Según confirmaron ayer a este diario desde la sociedad inmobiliaria, ya se está sondeando en mercado en busca de posibles interesados en alquilar los terrenos o bien en quedárselos en propiedad. Su ubicación, muy cerca de la autovía de Madrid y también de la A70 que conecta con Valencia y con Murcia, supone un punto a su favor pero lo cierto es que en esta misma zona hay varias instalaciones en desuso que no encuentran nuevo dueño. De hecho, detrás de la propia fábrica existe una cantidad significativa de suelo industrial que permanece vacío, cuya urbanización correspondió a la sociedad que mantenían los Gómez-Trenor con Enrique Ortiz.