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Fempa abandona Coepa

El sector del metal, socio fundador de la patronal provincial, causa baja tras integrarse en la nueva organización autonómica CEV y después de años de conflicto con la cúpula de la Confederación

Guillermo Moreno Pilar Cortés

Años de conflicto, incluso ante los tribunales, y la reciente integración de la patronal metalúrgica de la provincia (Fempa) en la nueva organización empresarial autonómica CEV -cuya estructura no reconoce Coepa- han acabado por determinar a la sectorial alicantina del metal a abandonar la patronal provincial, después de 39 años participando en sus órganos. Fue uno de los socios-fundadores, allá por 1978.

Fempa comunicó a finales de julio al presidente de Coepa, Francisco Gómez, que causaba baja, unos meses después de que en marzo la metalúrgica decidiera entrar en la nueva patronal autonómica, asegurándose, además, un sillón en el comité ejecutivo. Ya entonces su presidente, Guillermo Moreno, anunció que Fempa abandonaría la Confederación alicantina cuando se culminase el proceso de integración en la CEV. Formalmente, esta aún tiene pendiente la aprobación definitiva de la reforma de sus estatutos que convierten su ámbito anteriormente provincial (Valencia) en autonómico. Pero este es sólo un trámite formal, por lo que la salida de Coepa sólo era cuestión de tiempo. La ruptura estaba anunciada. Y se produjo a los pocos días de que Fempa también abandonara la Confederación de las pymes en Alicante (Cepyme), con cuyo presidente, Cristóbal Navarro, hacía tiempo que se había distanciado.

Sobre Coepa, el metal asegura que «ya no había comunicación, no nos convocaban a las asambleas», señalaban ayer fuentes de Fempa, una de las sectoriales mas fuertes de la patronal provincial (representa a unas 2.700 empresas). Tampoco gustaban a la federación del metal, desde hace años encuadrada en el sector crítico, los «pronunciamientos» que dirigentes de la patronal venían realizando con respecto a la nueva configuración del mapa empresarial autonómico.

Apostó por una nueva patronal

Además, Fempa tampoco estaba de acuerdo con el nuevo «enfoque» el nuevo «rumbo» tomado por Coepa, que pese a salir del concurso de acreedores, debe cumplir un plan de viabilidad acordado. Un compromiso para el que necesita liquidez y su economía va nutriéndose muy poco a poco, aunque cuenta con los ingresos de las cuotas de los socios y no registra gastos. De hecho, Fempa apostó en su momento por su disolución y crear una nueva organización, adecuándose al nuevo escenario económico.

La alianza Coepa-Cepyme

Ahora Coepa y Cepyme -que hace dos años fue expulsado por la propia patronal, y que cuando estaba dentro formaba parte del sector crítico, junto a Fempa o el comercio- han acercado posturas. Sin alterar la situación de cada organización, sí están intentando crear una plataforma que actúe a modo de nueva entidad empresarial en Alicante. Una alianza que respondería a la falta de encaje que encuentra Coepa en el modelo que defiende la CEV. La nueva autonómica se aleja de la figura de las patronales actuales y crea para la representación provincial la de los Consejos Territoriales, dependientes de la matriz. Cepyme también ha mostrado su distanciamiento con el modelo valenciano.

«No ha habido gestos».

Y este movimiento en el contexto empresarial provincial tampoco convence a Fempa. Además, cree que «no ha habido gestos que cambiasen la situación, que ha ido a peor», insistían ayer en la metalúrgica.

El Servef (Servicio Valenciano de Empleo y Formación) ha denunciado a Coepa por las ayudas recibidas para el centro de oficios, cuya creación y gestión criticó en su día Fempa. La demanda se ha archivado, pero el Consell ha recurrido y le sigue reclamando parte de la subvención que concedió a la patronal para este centro y que considera que no está justificada. Una situación que Fempa entiende que complica la ya de por sí deteriorada y debilitada posición de Coepa. «Nosotros fuimos la única organización que nos opusimos a aquella gestión», subrayan en la metalúrgica, que ahora no estaba dispuesta a «pagar los posibles platos rotos», en caso de prosperar, definitivamente, la demanda del Servef.

Este ha sido el último argumento, el detonante que ha acelerado la salida de Fempa de Coepa, después de ser uno de los firmantes del acta fundacional y una de las sectoriales con más peso. De hecho, uno de sus presidentes, José Luis Montes Tallón, fue también primer mandatario de la patronal provincial.

De la sintonía a la «guerra»

Aquellos fueron años de sintonía en el seno de Coepa. Fempa tenía representación en los órganos de gobierno de la Confederación. Sus presidentes llegaron a ocupar la vicepresidencia tercera (Emilio Garijo o José Tomas). La metalúrgica tenía sillones en la junta directiva y en la asamblea.

Pero hace cuatro años, ya no encontró hueco en el comité, dos años después, tampoco tenía silla en la junta, y ahora sólo ostentaba una vocalía en la asamblea. Una evolución que evidencia el grado de deterioro al que habían llegado las relaciones y las posturas irreconciliables que ambas partes mantenían.

El enfrentamiento entre Fempa y Coepa comenzó a enquistarse en 2004 cuando Modesto Crespo, que pertenecía a Fempa, fue expulsado de la federación metalúrgica al alinearse con las tesis de los entonces mandatarios de Coepa, oponiéndose a las del metal, por la creación del centro de oficios. Un proyecto formativo que Fempa entendía que representaba una competencia directa con el que ella había anunciado previamente. Entonces, Crespo fue acunado por Coepa, que lo acogió en figura de asesor, y en pocos años inició una carrera meteórica. Llegó a ser presidente de la patronal, de la Institución Ferial Alicantina (IFA) y también de la CAM, de la que fue su último mandatario, antes de la intervención por parte del Banco de España en julio de 2011 y de su adjudicación en diciembre de ese mismo año al Banco Sabadell. La gestión de la cúpula de la extinta caja se juzga hoy en los tribunales.

Otros episodios también han ido alimentando en este tiempo la «guerra» interna Fempa-Coepa. Pero el que definitivamente iba a marcar el camino de la ruptura que estos días se ha concretado fue el conflicto en los juzgados. Fempa denunció ante los tribunales las cuentas de varias anualidades de Coepa, lo que obligó a la patronal a reformularlas. Igualmente, llevó a los juzgados sus nuevos estatutos, una denuncia que también ganó.

Fempa ha apostado en el actual escenario por la nueva patronal autonómica CEV, ante la falta de definición de un proyecto provincial, más encaminado a salvar a Coepa que de crear una nueva organización «saneada, transparente, con nuevos enfoques y nuevas personas», como defendía la organización de Guillerno Moreno.

No obstante, también señalan que «si hubiera cambios significativos, otro modelo, otro enfoque y otras personas, estaríamos dispuestos a estudiarlo».

Por su parte, desde Coepa lamentan la marcha de Fempa. «No queremos que nadie se vaya, lo que queremos es aglutinar». No obstante, aseguran que han sido «años de duros enfrentamientos». Y sobre el impacto que supone la salida de la metalúrgica, responden que realmente es económico: «la cuota de cien euros al mes» que pagaba por un vocal en la asamblea.

No obstante, la patronal también ha visto marchar en los últimos tiempos a la fuerte federación del Comercio (Facpyme). Aunque como entradas, ha registrado este año la de la Unión de Profesionales de Alicante, «que engloba a 35 empresas y colegios profesionales, que representan a unos 40.000 asociados», subrayan en Coepa.

Por otra parte, además de Fempa otras federaciones importantes como la hotelera (Hosbec) o la del calzado (Avecal, ambas con estructura autonómica, también se han integrado en la CEV, aunque siguen manteniendo la doble adscripción a la nueva patronal autonómica y a Coepa.

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