La ola de calor tropical que azota a muchas provincias españolas, entre ellas Alicante, también se está dejando notar en Francia. Tanto, que ha obligado a adelantar la temporada de la vendimia, que tradicionalmente comenzaba en el país vecino iniciado el mes de septiembre. «Se adelanta una semana», advertía Lucía García-Quismondo, secretaria de Emigraciones en FICA-UGT.

Por tanto, muchos de los temporeros españoles que cada año se desplazan a los viñedos franceses a la recogida de la uva comienzan ya a preparar sus maletas y los viajes hacia los distintos departamentos galos donde trabajarán. Se calcula que se trasladarán unos 15.000 vendimiadores nacionales, un volumen muy similar al de campañas anteriores. «Aunque, al final, la cifra total puede aumentar, dado que este año, muchos temporeros han adelantado también su desplazamiento para trabajar en las campañas de la fruta», añadía García-Quismondo.

De hecho, desde FICA-UGT en l'Alacantí-La Marina, confirman que de los 450 alicantinos que se estima participarán en la vendimia este año, «hay algunas cuadrillas que ya están en Francia en la recogida de la fruta», advertía Joaquín Gil, responsable del agricultura en esta sectorial del sindicato en la comarca.

En agosto, en Francia están activas las recolecciones del melocotón, la nectarina y la ciruela. Y en septiembre y octubre, coinciden las de la manzana y la pera; además de parte de la uva de mesa, la nuez o el kiwi, que se extienden también a noviembre y diciembre, junto a la aceituna y la clementina, según datos del calendario oficial agrícola.

Aunque el periodo de vendimia no excede de 25 días -según los departamentos-, «muchos temporeros aprovechan y trabajan en las primeras campañas de la fruta, continúan con la uva y después enlazan con la recogida de otras variedades frutales, con lo que pueden estar allí más de seis meses», apuntaba García-Quismondo. Este año, se ha detectado que hay más vendimiadores que optan por esta fórmula, «por lo que, al final, el número de temporeros que se desplazan al país vecino puede verse incrementado», subrayaba Joaquín Gil. En el caso de Alicante, los 450 jornaleros que está previsto que se desplacen son 50 más que el pasado año. «Al menos, se prevé una cuadrilla más (entre 30 ó 50 trabajadores)», añadía el dirigente sindical.

En la Comunidad Valenciana, la cifra sube a 1.150 los temporeros. Es la segunda autonomía desde la que más vendimiadores parten hacia Francia, después de Andalucía, que representa el 73% (cerca de 11.000). Desde Murcia, se prevé el desplazamiento de 650 cortadores o portadores y desde Castilla-La Mancha, 500. Los 1.700 restantes lo conforman cuadrillas del resto de España.

El primer gran contingente, en 1972

Los trabajadores del campo españoles acuden a la vendimia francesa desde el año 1972, año en que se registra el primer contingente, según fuentes de UGT. También fue un año de crisis económica a nivel mundial. Los trabajadores del campo buscaban en el país vecino una salida para aumentar los precarios ingresos familiares. Una circunstancia muy similar a la de los últimos tiempos en España. «Después de los grandes movimientos de los años 70, durante los ejercicios en que no había crisis, el volumen de temporeros que marchaban a Francia alcanzaba los 11.000. Sin embargo, en los últimos años de etapa recesiva, la cifra aumentó, y oscilaba entre14.000 y 15.000», explicaba García-Quismondo. «No hay que olvidar que el sector agrario en España tiene un 21% de paro, una tasa superior a la media (17,22%)», añadía la dirigente sindical.

Las condiciones salariales son la principal razón económica de esta migración laboral. La retribución media que en Francia percibe un trabajador agropecuario, según convenio, es de 9,76 euros brutos la hora, al margen de las ayudas familiares. Un mínimo que puede verse aumentado dependiendo de las comarcas vitivinícolas francesas. Sin embargo, en el caso de Alicante, en el acuerdo sectorial de este año se ha fijado un salario medio de 6,35 euros la hora. Una diferencia de más de tres euros.

El desplazamiento a la recolección de la uva en Francia tradicionalmente es «en cuadrillas. Así lo hacen desde hace años. Y suelen ser fijas y contratadas por las mismas empresas», señalaba Joaquín Gil. Y en este sentido, advertía de que para «hacer la vendimia francesa recomendamos que no se trasladen sin tener un contrato. No se deber ir a la aventura porque se corre el riesgo de no encontrar empleo». El viaje se haría en vano. «Algunos salen en furgoneta a ver si encuentran algo, y luego se encuentran con que no tienen trabajo», añade Gil.

Prestaciones

Al margen de las razones puramente salariales que motivan el traslado de los temporeros españoles al otro lado de los Pirineos, los contratos de origen también dan acceso, en su caso, a prestaciones familiares por cotizar allí o al pago de horas extraordinarias. E, igualmente, de cara al futuro, «tienen derecho en su momento a la jubilación en Francia, siempre que cumplan con el requisito de tener cotizadas ocho campañas consecutivas en la vendimia», explicaba Joaquín Gil.

Además de acudir con contrato, «que asegura derechos y las condiciones laborales adecuadas», el sindicato aconseja a los vendimiadores que busquen con antelación un alojamiento y que utilicen los transportes autorizados y las líneas regulares de autobuses para garantizar la seguridad en su traslado y durante la estancia en campaña de la vendimia.

Al igual que otros años, representantes de FICA-UGT se desplazarán al país vecino durante la campaña para asesorar a los trabajadores y ayudarles a resolver los posibles problemas que surjan.