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Más de la mitad de los parados de larga duración en la provincia son mujeres

Alicante registra 76.532 desempleados que llevan más de un año sin encontrar un empleo; de ellos, 47.507 son del sexo femenino

Imagen de la exposición de carteles en el Tram de Luceros por el Día de la Mujer, en 2016 . jose navarro

Más empleo temporal y salarios más bajos que los hombres por un puesto igual o equivalente. Estos son dos de los elementos que vienen marcando la brecha que sufren las mujeres en el mundo laboral en relación a sus compañeros de trabajo. Pero la desigualdad también se reproduce cuando tanto trabajadores y trabajadoras pierden el empleo y entran en la situación de estar desocupados.

Entre los parados de larga duración - los que llevan más de un año registrados en las listas del desempleo sin encontrar trabajo- el 62% tiene rostro de mujer en la provincia. Son 47.507 las desocupadas, de los 76.532 alicantinos que en estos momentos se encuentran en esta situación. Los restantes 29.025 son hombres, según los datos facilitados por UGT en l'Alacantí-La Marina.

«Habitualmente, las mujeres encuentran trabajo en sectores muy feminizados, sobre todo en el de servicios. Y son empleos precarios, de muy corta duración, por lo que, aunque estén empleadas por un tiempo, en realidad, no pierden la condición de paradas de larga duración», explicaba Yaissel Sánchez, secretaria territorial del sindicato en la comarca.

Sectores feminizados

En el mercado laboral provincial, con un destacado protagonismo de la estacionalidad en algunas actividades de servicios (hostelería, comercio o limpieza), las mujeres encuentran con más facilidad un empleo en épocas como las campañas turísticas de verano o vacacionales.

El ejemplo más cercano se refleja en los últimos datos del paro dados a conocer el pasado miércoles. De los 1.551 alicantinos que en julio dejaron de estar desempleados, 1.338 eran mujeres y 213, hombres. «Aunque parezca contradictorio, en épocas estacionales y muy específicas, como estas de verano, hay más oportunidades laborales para las mujeres en sectores feminizados, como el comercio, la limpieza o, incluso, la sanidad, para cubrir las sustituciones por vacaciones. Sin embargo, suelen ser trabajos de corta duración, de un mes, lo que supone que al acabar este contrato temporal volverían, otra vez, a estar desempleadas», añade Sánchez. De hecho, pese a esta mayor reducción en julio del paro femenino en relación al masculino, en la provincia el volumen de desempleados aún sigue teniendo nombre de mujer. De los 150.740 parados, 62.365 son hombres y 88.375 son mujeres.

Otro de los factores que influyen en el hecho de que haya más desocupadas de larga duración es que la mujer asume con más frecuencia el cuidado o atención de hijos o ascendientes. «Aunque se ha avanzado en temas de igualdad, aún hay lastres como el mayor empleo temporal o los salarios más bajos que sufren las mujeres. Y si una unidad familiar se encuentra en la disyuntiva de tener que elegir quién cuida a los hijos o a los padres, habitualmente se acuerda que sea el miembro que tiene mayor retribución, que suele ser el hombre», explica la dirigente sindical.

Una situación que retrasa aún más la reincorporación de la mujer al mundo del trabajo y, en su caso, alarga su condición de parada de larga duración.

La brecha salarial entre hombres y mujeres en la provincia viene rondando el 24% en los últimos tiempos, según los datos que manejan los sindicatos.

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