La balanza de pagos por cuenta corriente española, que mide las transacciones monetarias entre el país y el resto del mundo, alcanzó un superávit de 2.200 millones de euros (más de 2.580 millones de dólares) hasta mayo, más bajo que los 4.100 millones del mismo periodo en 2016.

Según el Banco de España, esta evolución de la balanza de pagos por cuenta corriente está relacionada con el superávit registrado en los bienes y servicios, de 7.700 millones, cifra que hace un año era de 11.300 millones.

El descenso se produce a pesar de que el turismo y los viajes aumentaron su superávit hasta los 12.300 millones, mil millones más que en el mismo periodo de 2016.

Las rentas primaria y secundaria (rentas del trabajo, de la inversión, impuestos, cotizaciones, prestaciones sociales y trasferencias corrientes) tuvieron un impacto positivo, ya que su déficit de este año, 5.500 millones, es inferior al registrado en mayo del año pasado (7.200 millones).

El saldo neto de la cuenta financiera -excluyendo el Banco de España- hasta mayo arrojó un superávit de 40.800 millones, a diferencia de los 43.500 millones de hace un año, debido en parte al peor comportamiento de la inversión directa, que pasó de un superávit de 8.100 millones a un déficit de 2.700 millones