Una cosa es tener un trabajo temporal, con todo lo que ello conlleva, y otra muy distinta firmar un nuevo contrato prácticamente cada semana o cada vez que determinada empresa requiere de tus servicios por unas pocas horas. Es la precariedad llevada al extremo y cada vez son más los alicantinos que tienen que acostumbrarse a este estilo de vida para poder subsistir, ante un mercado laboral en el que, pese a la mejora, las empresas siguen calculando al milímetro sus costes de personal para ajustarlos al máximo.

De este forma, sólo el año pasado hubo cerca de 2.500 alicantinos que firmaron más de 15 contratos de trabajo distintos a lo largo del ejercicio, lo que indica el auge de este fenómeno. Son un 40% más que hace apenas dos años y prácticamente el doble de lo que era habitual antes de la crisis económica, según el análisis realizado para este periódico por UGT, en base a los datos del último Informe del Mercado de Trabajo de la Provincia de Alicante realizado por el Observatorio de las Ocupaciones del Sepe.

«Se está troceando el empleo. Lo que antes era un contrato de seis meses, ahora se hacen cuatro distintos y tienen a la persona sólo para determinados días al mes, cuando existe más carga de trabajo», denuncia la secretaria comarcal de UGT en l'Alacantí-La Marina, Yaissel Sánchez. Sólo de esta forma se explica, por ejemplo, que el volumen total de contratos registrados en el Servef fuera ya el año pasado un 4% superior al de 2007 -el ejercicio con mayor actividad económica en la provincia hasta la fecha- pero que el número de beneficiarios aún sea un 11% inferior. Es decir, que se hacen más contratos para emplear a menos personas.

A pesar de que tradicionalmente se ha asociado este tipo de ocupaciones precarias a la hostelería o a determinadas campañas del comercio, Sánchez avisa que los contratos por días son cada vez más frecuentes en todo tipo de negocios y actividades, incluidas las Administraciones Públicas, y pone el ejemplo de las contrataciones para fines de semana que se dan en el sector sanitario. También entre las empresas de limpieza.

Situación fraudulenta

«Nos llegan casos que, directamente, son abusivos, fraudulentos. De gente que cada mes le hacen un nuevo contrato con una empresa diferente del grupo y le suben y bajan el salario a pesar de realizar las mismas tareas», asegura la dirigente sindical. Y es que, sin llegar al extremo anterior, de los 284.134 alicantinos que el año pasado encontraron algún empleo, sólo 164.709 firmaron un único contrato en todo el ejercicio. El resto, el 43% del total, suscribió múltiples contratos con la misma o con varias empresas, según el citado informe.

Y la situación no parece haber mejorado demasiado en lo que llevamos de 2017. Según UGT, hasta el 20,85% de todos los contratos registrados en la provincia durante el primer semestre tuvieron una duración inferior a una semana. «¿Así cómo van a construirse una vida los jóvenes? Es imposible que accedan a una vivienda o que tengan algo de estabilidad», insiste Yaissel Sánchez.

Subempleo e infraempleo

De esta forma, con la recuperación económica se están extendiendo también dos fenómenos ligados a las pobres condiciones laborales que se ofertan: el subempleo y el infraempleo. El primero se refiere a aquellos que sólo consiguen trabajar a tiempo parcial, a pesar de que su deseo sería tener una ocupación a jornada completa. Es la situación en que se encuentran hasta el 17,7% de los trabajadores menores de 34 años de la Comunidad Valenciana, según los datos del Consejo de la Juventud. El infraempleo, por su parte, define a los profesionales que ocupan puestos de trabajo para los que están sobrecualificados, porque no encuentran nada relacionado con su formación. Le ocurre al 57% de los jóvenes, según las mismas fuentes