«Represento a cerca de un millar de afectados por las cuotas y he visto cosas muy duras, gente llorando que lo ha perdido todo, personas de 70 años que no saben a qué puerta llamar y que sólo les tienen a ustedes. Es fuerte, muy fuerte lo que ha ocurrido». Así se dirigió ayer el abogado Diego de Ramón al tribunal presidido por Ángela Murillo y formado por Paloma González y Juan Francisco Martel que está juzgando a la última cúpula de la CAM.

De Ramón no tuvo reparo alguno en referirse a los acusados como «organización criminal» donde se produjo una «confluencia de voluntades para hacer lo que se hizo», espetó.

Junto a la responsabilidad civil directa por parte de Caser, el abogado murciano apuntó al Sabadell y, al referirse en este punto a la Fundación CAM, dijo que tenía «alguna, pero no mucha». La mismas expresión que utilizó para definir la participación del expresidente Modesto Crespo en el entramado del supuesto falseo.