Camareros, barrenderos, conductores de autobús, médicos, periodistas, técnicos de mantenimiento de redes de comunicaciones, teleoperadores... La lista de profesionales que se ven obligados a trabajar de forma más o menos regular los domingos no ha dejado de crecer en los últimos años, a pesar de la resistencia de la mayoría de los afectados, como ocurre ahora con los trabajadores del sector del comercio ante la perspectiva de que se imponga la libertad horaria en ciudades como Alicante o Valencia.

En total, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa, hasta el 19,5% de todos los ocupados de la autonomía trabaja al menos un domingo cada mes -seis puntos más que en 2006-, y, de ellos, tres cuartas partes lo hacen dos o más veces. En términos absolutos, esto significa que la friolera de 376.000 personas desempeñan parte de su jornada semanal en festivo en toda la autonomía, lo que supone casi un 30% más que hace diez años.

Unas cifras que reflejan, por un lado, el cada vez mayor peso que ha adquirido en la economía local el sector servicios -el más proclive al trabajo dominical-, pero también los efectos de la reforma laboral sobre las condiciones laborales de los asalariados, según afirman los sindicatos. «Hay un claro intento por parte de las organizaciones empresariales y de las propias empresas para que las jornadas laborales sean de lunes a domingo, para evitar que se tengan que pagar aparte o compensar», se lamenta la secretaria general de CC OO en l'Alacantí, Consuelo Navarro. «La reforma ha facilitado la desregulación de la jornada», afirma, también, el secretario de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT, Eduardo Vacas.

Sólo en algunos sectores

Tanto uno, como otro sindicato aseguran que no se oponen por principio a que se trabaje los domingos pero creen que esta opción debería acotarse a aquellos sectores de primera necesidad o a los relacionados con el ocio, como sería el caso de la hostelería, que se disfrutan principalmente los fines de semana. Como ya es sabido, no incluyen en este último apartado al comercio. «No es lo mismo una farmacia que una tienda de ropa. No hay ninguna necesidad de que el comercio abra el domingo y las repercusiones sobre la vida personal de los trabajadores son muchas», insiste Navarro.

Lo corrobora Carmen Reina, una cocinera de un centro para discapacitados intelectuales en Alicante, que lleva ya 20 años trabajando uno de cada dos domingos. «Está claro que no podemos dejar desatendidos a los usuarios y es algo que entiende todo el mundo, pero eso no impide que, desde el punto de vista personal, sea muy duro», asegura esta madre soltera, que recuerda los numerosos partidos de baloncesto de su hija que se ha perdido en estos años.

«Te toca tirar de abuelos, de tíos o del que se deje. Con los amigos intentas quedar entre semana pero si hablamos de relaciones de pareja, la cosa se complica mucho. Es muy difícil que acepten que no tienes el fin de semana libre», asegura Reina, que también reconoce que su situación serían «mucho peor» si se marchara a un restaurante.

Una situación que también conoce bien Belén Jurado, empleada de una conocida cadena de ropa. «Cuando llegan las Navidades tu vida social y familiar casi desaparece. Encima, en mi caso soy de Sevilla y no tengo familia en Alicante, así que sólo me queda el recurso a los amigos. Por suerte ahora mis hijas ya son mayores y pueden cuidar del pequeño», asegura Jurado, que recuerda que la mayoría de la plantilla en este tipo de establecimientos son mujeres y que casi todas tienen niños o familiares a su cargo.

En su caso, la cadena para la que trabaja ha decidido incorporar nuevo personal para abrir los domingos -los centros comerciales de Alicante pueden hacerlo desde el pasado 25 de junio-, lo que permitirá que sólo deba trabajar uno o, como máximo, dos al mes. «El problema lo van a tener los trabajadores de las tiendas pequeñas, donde no se ha reforzado la plantilla», vaticina la trabajadora. Tanto UGT, como CC OO han puesto en marcha campañas de movilización para evitar que esta libertad de horarios se implante definitivamente y, en cualquier caso, para recordar a los trabajadores sus derechos.

No obstante, lo cierto es que, comparada con otras autonomías, el volumen de trabajo dominical en la Comunidad Valenciana no es de los más elevados del país, a pesar de la importancia que tiene el turismo y la hostelería en la zona. Así, en Canarias son el 34,6% de los ocupados los que trabajan al menos un domingo al mes; en Melilla es el 32,1% y en Asturias es el 28,5%. La media nacional se sitúa actualmente en el 21,4%.