Mientras sindicatos y patronal sigue sin cerrar un gran acuerdo a nivel nacional que sirva de guía para la negociación colectiva -aunque parece que cada vez está más cerca, sobre todo ante el interés que ha tomado el Gobierno en el asunto-, los convenios aprobados este año ya empiezan a incorporar subidas salariales algo más generosas que en los últimos ejercicios, unos incrementos que reflejan la mejora de la situación económica. Así, en lo que va de año el aumento salarial pactado en la provincia se sitúa en el 1,56%, una cifra todavía baja y que no llega a cubrir la inflación -en mayo fue del 1,9%- pero que, por primera vez en cinco años, se sitúa por encima de la barrera psicológica del 1%.

A ellos hay que sumar la firma de algunos convenios muy significativos en la provincia, como el de la Hostelería, que recogen mejoras salariales de un 8% en tres años; el de las especias y condimentos, que prevé un 2% para 2017 y el IPC más un 0,20%, para el próximos; o el de empresas tan importantes como Aludium, que también garantizan el poder adquisitivo de sus trabajadores, por citar algunos ejemplos.

En definitiva, que se aprecia ya un cambio de tendencia que, eso sí, aún no es suficiente para los sindicatos. «Al menos vemos que se sientan a negociar, que hay una mejor predisposición en la parte empresarial, pero hay que luchar por recuperar poder adquisitivo», señala Yaissel Sánchez, desde UGT. En la misma línea, Consuelo Navarro (CC OO) cree que las subidas deberían estar más cerca del 3% que de las cifras actuales pero, sobre todo, destaca que más del 40% de los convenios que debían renovarse este año siguen pendientes, por lo que cree necesario que se llegue a ese acuerdo nacional para desbloquear la situación.

En cualquier caso, desde la CEOE parecen dispuestos a flexibilizar su postura, que hasta ahora se había mantenido firme en rechazar cualquier incremento por encima del 2,5%. Ayer su presidente, Juan Rosell, se mostró dispuesto a superar esa cifra en el caso de los salarios de menos cuantía y reconoció que con un salario de 800 euros resulta «muy difícil» llegar a final de mes. Lo hizo, eso sí, después de que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, insistiera en que, a su entender, ya ha llegado la hora de que los trabajadores se beneficien de la recuperación económica.

Para los empresarios alicantinos la cosa no está tan clara. El presidente de Coepa, Francisco Gómez, coincide en que la situación «ya permite pensar en mejoras salariales», pero cree que deben estudiarse sector por sector -e, incluso, empresa a empresa- y que, sobre todo, debe ligarse una parte de la subida a la mejora de la productividad.

Del mismo modo, el presidente de Cepyme Alicante, Cristóbal Navarro, reconoció que una mejora de los salarios «sería beneficioso para elevar el consumo» pero cree que la mayoría de pymes «aún no está en disposición aplicar subidas generalizadas, al menos, en Alicante». Eso sí, invitó a las grandes empresas, «que sí se benefician ya de la recuperación» a dar ejemplo y aplicar esta subidas.