El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, afirmó ayer que en 2018 no va a haber «margen» para aplicar bajadas adicionales en el IRPF, pero recordó que todavía quedan dos años más de legislatura y que hay que tener «zanahorias» para la negociación. O, en otras palabras, que las nuevas rebajas se producirían más cerca de las nuevas elecciones, a partir de 2019. «Las bajadas de impuestos se hacen al final de la legislatura», apuntó Montoro tras participar en un foro económico, en el que también aprovechó para defender la decisión de poner en marcha la amnistía fiscal de 2012, declarada nula por el Constitucional, y para despejar dudas sobre su continuidad.

«No me voy a ir porque tengo trabajo», apuntó Montoro, que señaló entre sus tareas la próxima aprobación del techo de gasto para 2018 y que subirá conforme marca la regla de gasto, alrededor del 2,3%. «No vamos a gastar por encima de ese rango, sería contradictorio», subrayó el ministro, que volvió a mostrar su disposición a negociar con el PSOE este tema y al que pidió colaboración en otros aspectos clave, como la financiación autonómica, para la que necesitan el apoyo de las regiones gobernadas por los socialistas. En este punto, Montoro abrió la puerta a tomar medidas que permitan seguir ayudando a la reestructuración de la deuda de las autonomías y recordó el papel jugado por el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

De vuelta a los impuestos, Montoro apuntó que, tal y como va la recaudación, no es «difícil» cumplir con el déficit por lo que no ve necesaria la creación de una tasa adicional a los refrescos. La posibilidad de crear un impuesto adicional para estas bebidas se incluyó en el último programa de estabilidad remitido a Bruselas en el caso de que peligrara el cumplimiento de estos objetivos.

En cuanto a la petición de la industria alimentaria y el sector hostelero de que el Gobierno recurra ante el Tribunal Constitucional la tasa a las bebidas azucaradas de Cataluña, Montoro lo rechazó: «No lo veo», señaló.

También emplazó a la negociación con los otros grupos políticos para lograr un acuerdo que permita ordenar el sistema tributario de toda España y hacerlo compatible con el mercado interior.

Ley de morosidad

Por otro lado, el ministro de Hacienda avanzó que el Gobierno trabaja en introducir penalizaciones fiscales para las empresas que no cumplan la ley de morosidad con sus proveedores y que el nuevo sistema de suministro inmediato de información de IVA, el denominado SII, facilitará este tema. Montoro también se refirió a la amnistía fiscal para defenderla. Así, apuntó que permitió aflorar 40.000 millones, y señaló que también habría que preguntar a cargos anteriores por qué estaba ese dinero oculto. Montoro dará hoy explicaciones sobre este asunto en el Congreso, donde también deberá responder varias preguntas y una interpelación desde los grupos de la oposición.

Antes de abordar todas estas cuestiones en el turno de preguntas de la prensa -para la que ha tenido algunas críticas acusando de falta de rigor y respeto a algunos profesionales- Montoro destacó en su discurso que el crecimiento económico que vive España es el «más sano» de su historia y lo es, en gran parte, por el buen comportamiento del sector exterior.

Junto a esa buena evolución del superávit por cuenta corriente, Montoro destacó el ritmo de creación de empleo, así como la reducción de la deuda de empresas y familias, en 440.000 millones, como factores de la recuperación. El ministro de Hacienda destacó que el reto ahora está en reducir el déficit público y que para eso se deben mantener las leyes y reformas emprendidas.